Hace dos años y unos días, me compré un esquijama para una payasada laboral (fiesta del pijama en la oficina... de esas cosas a las que "hay que ir" porque "son voluntarias"...) Excelente compra, la verdad, no sé por qué cojones tiene que existir otra ropa diferente al esquijama de forro polar en estas latitudes y en estas circunstancias. En verano, basta con quitárselo y arrear: LIBRES DOMINGOS Y DOMINGAS. La cosa es que, tras dos años de teletrabajo, mi esquijama YA TIENE EL CULO PELAO, JOJOJO, lo que viene siendo transparente. Normal, con el trote que le he dado y con el culopandemia que he cultivado entretanto, lo milagroso es que conserve tejido el pobretico. Sigh. Parece mentira - y, en efecto, lo es - lo que da de sí la talla 36 cuando lo lavas todo en agua caliente...
CELEBRO Y CEREBELO NO TENER QUE HABER VUELTO A LA OFICINA A HACER EL GILIPOLLAS COMO SI ME PAGASEN POR ELLO. Porque pagarme, me pagan, pero *por ello*, NO.
Hace dos años y unos días, me fui tan ricamente a la mani del 8M, arruinando con mi insensatez el futuro de la humanidad, está claro. Y el jet fuel funde edificios. Y el 11M fue ETA. Y Hitler era socialista. Y con Franco había elecciones. Y Putin es comunista. Y la abuela fuma. Y TUS PADRES SON HERMANOS.
Hace dos años y unos días, besaba y abrazaba a Mimá tan ricamente, sin meterme palitroques por la nariz.
Hace dos años y unos días, quién me iba a decir que resistiría (JUAS) tan malísimamente (SIGH).
Hace dos años y unos días, no me esperaba ni de coña que la vida me (NOS) daría las hostias a mano abierta que me (NOS) tenía preparadas: La vida es como el tonto del pueblo, que, cuando mejor se lo está pasando, lo mismo va y te calza una hostia.
Uno puede mirar atrás - ¿pa'qué? pa'ná - o mirar p'alante - ¿pa'qué? pa'ná -. Yo miro pa'fuera y me cago de miedo, miro pa'dentro y me cago de miedo. Porque siempre he hecho gala de un excelentísimo tránsito intestinal y de un fabuloso sinsentido de la vista. Bendita miopía que, a mis ejem ejem años, no para de aumentar, y que ahora se ha juntado con la bendita presbicia, todo para que "cierre los ojitos, no los deje abiertos" y duerma el sueño de los justos y de los pecadores. Melatonina a mí.
Han sido dos años de putísima mierda, ciertamente. ¿Y?
Mañana lunes, y otra vez al andamio. Ánimo, amores. Ánimo y elíptica y mancuernas.
¡ARRIBA ESOS FELICES AÑOS VEINTE!
Que me niego a dejar este mundo sin vivir la invasión zombi, la extraterrestre, la de forúnculos en el (JAJAJA) culo, la próxima peli de Alien, la cuarta guerra mundial - con palos y piedras, como nos prometió Alberto -, el dichoso meteorito, y sobre todo, a quitarme el esquijama sin comer Pipas Facundo, que son el nuevo "tengo tierras":
PS: ¿Seré cobarde que os pongo esto en febrero? Seré. A ver si no. Sigue leyendo, hijodelagranputa, a ver si tú habrías tenido arrestos o arrestas.
Cada vez que se termina un noviembre sin que suceda ninguna catástrofe (AND THIS IS ME JINXING MYSELF AND EVERY NOVEMBER FOREVER AND EVER, NO VEMBER WILL NEVER BE ANY GOOD, OR EVEN BEARABLE AGAIN and I hate myself and I want to die and there's nothing you can do to make it better because you're not Jude), me pregunto y me respondo que si "en noviembre, caemos como las hojas" y ya hemos superado noviembre, entonces tenemos los siguientes once meses en garantía... ¿no?
Phoebe tiene 19 años y medio. Le faltan cinco mesines y poco para los veinte. Es una campeona, sí, pero está hecha polvo.
Soy tan subnormal que, mientras la obligo a tomarse su medio Milbemax y le cepillo las rastas a contrapelo, porque mi bebé ya no puede lavarse y le salen unas rastas de gatina portuguesa que meten miedo, y la lavo con su bayeta rosa de microfibra y agüina calentina porque mi gypsy ya no puede ni quiere lavarse nada más que las maninas delgadinas, pienso que, si ya pasó noviembre, hasta el siguiente noviembre "estamos a salvo". La estupidez humana es lo que tiene. Mipá se nos murió casi acabando noviembre, a punto de ganarle el pulso a ese mes infame. Y yo esperaba imbécilmente que llegase a Navidad, a la siguiente, a la última conmigo, con toda la esperanza de la juventud, de la insconciencia, del Noroeste, y la poca vista de que resistiese mi pobre (¿pa'qué? pa'ná), pero no, en noviembre cayó "como una hoja", el día más feo del año, el más frío y asqueroso, con la niebla toda y sin agarimo, y supongo que me quedé con ESA MIERDA. Noviembre, ¡QUÉ FEO ERES! El puto peor mes del calendario, lo más asqueroso del mundo, la toalla mojada arreándonos con la fuerza de un zurriagazo en el culo de nuestras vidas. Adiós, Papá, ojalá hubiese podido despedirme de ti en primavera, pero no,"en noviembre caemos como las hojas", qué sino... Mipá, la Tía Pili, Francisca... "como las hojas". Os pido por favor que no os muráis en noviembre, ya no me cabe nada más en noviembre. Febrero, abril, agosto, take your pick...
O mejor aún, MURAMOS TODOS JUNTOS EN NOVIEMBRE, sí, yo la primera, y así nos quedarán 11 meses al año libres de pesadillas, libres para danzar sobre la hierba y hacer el tonto y poder echarle la culpa al calendario.
O aún mejor todavía, seamos argentinos. En Argentina, en noviembre es verano. Can you picture a better version of it?
Throenthroe, nah, está hecha polvo, pero me aguanta la bichina ^^
Hace no mucho, me ponía de los *putos nervios* que:
Se usara "porque" seguido de un mero sustantivo.
Lo mismo con "ojalá".
Si "ojalá" iba seguido de infinitivo, MUCHÍSIMO PEOR.
Pero ya da igual.
Lo primero, porque acabo de emplearlo (sin contrato ni sueldo, es porque negro).
Lo segundo, porque un día acepté su economía (anticapitalista, I'm in).
Lo tercero, NOT YET, pero ya caerá.
Porque hasta las señoras mayores Gen X cambiamos.
Y dejamos hasta de ser lingüistas. Y enterramos nuestra anglofilia sin derramar ni una sola lágrima. Y nos dedicamos a ser como la tabla del uno: todo nos da igual. Y empezamos a ser otras cosas, otras personas. ¿Personas? Bueno, otras cosas, va.
Pero hasta cierto punto, claro. Llamémosle punto y seguido. Me sigue haciendo muchísima gracia lo de Anthony Healthy. Me sigue dando muchísima pena casi todo lo demás.
Hoy me he despertado con un dolor nuevo, un dolor que nunca había tenido. Un punto muy concreto donde la gente con ciática suele señalar. Me ha dolido toda la noche, en medio de unos sueños surrealistas. Lo gracioso o curioso es que prácticamente nunca recuerdo mis sueños, pero hoy he estado sembrada:
- Mi jefa quería ser formadora (como yo) y me llevaba a una de sus clases para que le enseñara y le diera feedback. Lo hacía muy bien, la verdad, pero unos jefazos que había allí la enviaban fuera y a mí me invitaban a desayunar unos muslos de pavo con patatas (que lo misterioso del sueño era cómo estos señores tan jefazos desayunaban tal cosa en un aula a las 10 de la mañana y todos fumando...)
- Mi amigo Arturo venía a casa en un coche que le habían prestado unos narcos de Bueu. Esto no tendría mucho misterio (ya que acabo de terminar de leer "Fariña") si no fuera porque a) Bueu no sale en "Fariña", y b) mi amigo Arturo ya no viene a casa sino en sueños, cosa que me parte el corazón en mil pedazos y no hay nada que nadie pueda hacer al respecto. Pero c) por suerte, aún viene en sueños y echamos unas risas, porque al final el coche nos lo quedábamos, y era un cochazo :)
- El techo de mi cocina se caía (cosa nada onírica ni sorprendente) y de él caían trozos de carbón que se habían salido de la chimenea. Lo único que pensaba en el sueño era que, al menos, los podría aprovechar para la caldera, ya que eran trozos enteros, y los cogía, pero no me manchaban las manos, y entonces me di cuenta de que llevaba unos guantes de látex que se me habían quedado pegados a la piel, pero tampoco me importó, porque me quedaban muy bien. Ahora va Niles y lo interpreta jungianamente.
- Tenía muchas ganas de hacer pis. Y sentía como un peso en la barriga. Y así era. Phoebe está delgadina la pobre, pero todavía me hace tener pis. Thanks goodness. Ahí me desperté, pero el dinosaurio ya no estaba allí.
Al tema:
No sé muy bien qué contaros, o cómo, o por dónde empezar, ni cómo acabará esta farsa, será el óxido que me tiene carcomidos el blog y mi locuaz naturaleza.
No sé muy bien, pero ahora, ya puestos, prosigo, como si de una procesión se tratase. La procesión va por dentro, pero quién le quita a ella de salir cuando a ella le da la gana.
No sé mucho, es verdad, aunque no lo parezca. Un poco de aquí y de allá, algo de lógica, mucha lectura, varias vidas y kilómetros de documentales. Durante muchos años fui carne de MENSA, pero llega un punto en que la edad y la cultura general embrutecen toda inteligencia y todo entendimiento.
Aquella flacucha de los pelos por doquier, de los amigos por doquier, ¿qué fue de aquella tía? Casi no me acuerdo. Y no la echo de menos, pero por eso, porque no me acuerdo, porque cuando me acuerdo, añoro.
Como cualquier mamífero y cualquier lechuga.
La lechuga por sí sola no vale ni para que le den por culo.
* * *
Hoy me siento (literalmente: acomodo mis posaderas) añorando. Ayer me encontré con varios pretéritos perfectos, en una mañana de subidón y feminismo. Con Came Rangers, ¡qué alegría me dio verlo! Se lo repetí, estúpidamente, varias veces, pero es que es verdad, me dio una alegría preciosa, de las que casi no se encuentran en los calendarios. De esas alegrías salidas de la nada y con ojos verdes y dorados, y estrellitas, cuando menos te lo esperas. Y ya me puso (supongo, ahora, con el paso de las horas) in the mood for morriña, que no hay cosa peor ni más asquerosa. Y al rato, zasca, al más puro estilo seta, pero seta guay, no venenosa sino trufa, se me planta delante mi rubito favorito (que se jodan el resto de rubitos y aparezcan de vez en cuando, no te fastidia los rubitos...) y me dio tanta alegría y tanta pena que estuve toda la tarde rumiando: "¡Qué sorpresa, qué alegría, qué pena! Era mi amigo..." Como si se me hubiera muerto, como si no tuviese SMS gratis... La rutina es la puta muerte. Era mi amigo, pero ahora es como si se hubiera ido a otro planeta (en el que ya estaba, nospornada...) Y al rato, ¡requetezasca! una cita en blanco y negro, sin texto ni personas, de la amiga/hermana que tengo a las afueras, que rebota, rebota y en el culo explota de mi otra amiga/hermana de las afueras, hala, todas como gilipollas a poner fotos en blanco y negro...
Me encontré con más gente potente, con mucha, y muy bien, sí, porque a la gente potente te la encuentras justo ahí, en las manifestaciones, que es donde coincidimos todos, aunque digamos que quedamos para tomar algo, para ponernos al día, luego es que no, que sólo nos vemos por casualidad en medio de una multitud, cuando hace falta quejarse y patalear por algo. (Por algo será que siempre nos quejamos los mismos, y por eso nos vemos en las manis...) Pero estos amorines, por algo será también, se me quedaron clavaícos.
* * *
Tonta no soy. Sé por qué se me quedaron clavaícos. Porque ya va muuuucho tiempo, muuuuchos meses y años que sé (no creo, sé) que ya no me quedan amigos cerca. Que los que ya tenía, están lejos, en las afueras del mundo. Y que los nuevos que fui haciendo se me quedaron también en los suburbios de los alrededores de la mente. Y que por más que apunte "Llamar a tal o escribir a cual o Skypear a Pascual" no se van a llamar, escribir ni Skypear solos.
Echo de menos tener amigos. Nunca tuve muchos, ni falta que me hizo, pero siempre tuve a mi gente, y Vacun Planet siempre fue punto de encuentro. Ahora no viene nadie, ni yo hago nada tampoco por remediarlo. Muy de vez en cuando, en vacaciones, cuando Tea dice de venir en vez de quedar en otro sitio, me da tanta alegría que se vuelve pena. Y la casa parece una versión decadente del Oviedo decadente de los 80, o del Oporto decadente de los 90. Decadente. Canas. Morriña.
Echo de menos a Tea, la que más. A mis primos, a todos mis rubitos - a ti al que más -, a la pandilla de Elemitas, a Chicho, a Carol, a Yogui, a Arturo (esto no se pasa, sigo sin creerme que el detector de Arturos sólo silbe cuando abro las ventanas, y no vengas tú detrás a llevarnos de excursión a tomar por saco...), a Lou, a Anita, a Nuria, a Bea, incluso a gente de la que me libré con cajas destempladas.
No tengo amigos. Los achaques, las desgracias, el día a día, el trabajo, incluso la familia me dan igual esta noche (será porque, como todavía los conservo, los doy por hecho, ¡craso error!) Y tengo conmigo al amor de mi vida, que me parece un milagro. Pero él tiene amigos, y yo no.
2017 parece sacado directamente del Antiguo Testamento. Sí, del libro del cabrón de los abrojos. Dice mi Rachel que sólo nos falta una plaga de langostas, espero que al menos sean de Bueu...
Pero hoy vengo a hablar de *mi* libro, por lo que os adelanto que no haré mención a desgracias mundiales, nacionales o locales, ya que con las personales, como dicen en mi pueblo, “no doy abasto”…
Todo comenzó en enero, de la forma menos original que puede comenzar un año.
En enero, despidieron a mi mejor amigo del trabajo. No es una desgracia personal, de hecho no es una desgracia, pero me llevé un disgusto gratuito que no necesitaba para nada. Este blog ha sufrido desde entonces lo que viene siendo la migración anual de las plantas rodadoras. Sí, amigos, sí, *por fin* me he quedado sin palabras (¿o no?).
Ese mismo día tuve un acceso muy idiota de cistitis, y tuve que acudir a urgencias y tomar antibióticos, con el ascazo que me dan ambas cosas.
Alabado sea nuestro amado líder Monurol
Yo había planeado comenzar el año con buen pie, así que tragándome mi disgusto con Omeprazol, al poco tiempo, fui a mi médico de cabecera a plantearle la posibilidad de ir reduciendo un tratamiento que ayudó mucho en su día pero cuya raíz ya creía superada. Le pareció bien y me bajó la dosis. Craso error.
*Asín* es la vida
Porque en febrero nacimos de nuevo, si lo miras por un lado, o nos dieron tal hostia en el coche que no sé cómo lo contamos, si lo miras por este otro:
¡Catacrocker!
Y a mi *reducido* tratamiento hubo que añadir analgésicos orales y locales, toda suerte de antiinflamatorios, calor seco, relajantes musculares, fisioterapia a embute y mucha voluntad para seguir poniendo buena cara durante más de un mes, que fue lo que tardé en decidir que ya estaba *casi* recuperada. Craso error.
Rojas, verdes y amarillas
A los pocos días del accidente, me enteré de que uno de mis mejores amigos se había muerto. Así, en crudo y a farrapellejo. Hacía tiempo que no lo veía y no llegué a saber que había enfermado tanto. No quiero hablar de esto, porque no se pasa.
Esto no se pasa
A punto de recuperarme de la parte de las costillas, me corté dos (2) dedos, de la misma mano pero con distinto cuchillo (¡en qué momento se me ocurrió comprar cuchillos buenos!) en menos de 48 horas. De mi histórica torpeza no se puede culpar al Antiguo Testamento (¿o *sí se puede*?) pero como resultado, hubo que añadir puntos de aproximación y antisépticos variados, que tuvieron su relativa utilidad, ya que uno de los cortes dejó cicatriz interna de colágeno, de modo que ya no os puedo tengo que dar el coñazo con la guitarra. Lo que hace una por la paz mundial.
No nací para Arguiñana, ni para Steve Vai
Vamos por mediados de abril. Nada más regresar al andamio con los dos dedos hechos cisco, un catarro antológico me cogió cariño, me duró tres semanas y me regaló faringitis, placas en la garganta, sordera (más) y februsco. Más antibióticos, ¡yupiiiii!
Rojas, verdes y amarillas. Y azules.
Y cuando ya creía que hasta ahí habíamos llegado, ¡zasca! De repente, sin venir a cuento y sin acudir previamente a ningún concierto de thrash metal, me sobrevino (sin beber vino tampoco) lo que viene siendo el *paloscoba* cervical, que en esta ocasión tuvo la gracia (¿divina?) y salero de bajarse del esternocleidomastoideo hasta el trapecio, con toda su mala follá, anulando mi ya de por sí deficiente visión periférica y mis ya de por sí pocas ganas de peinarme. Después del accidente, con el costillar hecho cisco y la sobredosis de analgésicos, lo que menos me molestaba era el cuello, pero ¡no preocuparse! que para eso están las secuelas a medio y largo plazo. Ejem. Espero que a David Vega Aller le cojan unas buenas purgaciones, le salgan unas almorranas de a kilo y le ataque un pie de atleta que le suba hasta la ingle. A tomar por saco mi intención de guardar el botiquín. A tomar por saco eso de mirar a los ojos a personas más altas que yo. A tomar por saco dormir por las noches – o a cualquier hora del día. A tomar por saco beber la mitad inferior de cualquier vaso, lata o botella. A tomar por saco el bono de las piscinas. A tomar por saco Spiderman, entre la faringitis y el cuello, “I’m Batman”. Eso sí, buena cara.
Tu vecino y amigo
Y justo se nos muere la abuelita. Y de esto tampoco quiero hablar porque tampoco se pasa. Esto no se pasa.
(A todo esto, os estoy ahorrando las horas y energía perdidas en papeleos, llamadas telefónicas, visitas presenciales, escaneos de documentos y envíos de emails necesarios para poder cursar la correspondiente reclamación de daños y perjuicios derivados del accidente, porque creo que no son tanto desgracias personales sino el resultado de vivir en un país de MIERDA donde dos personas aseguradas y cautas son arrolladas por un todoterreno a 90 km/h un domingo a las cinco de la tarde en un barrio residencial y aun así tienen que remover Roma con Santiago para que les hagan el mínimo caso, mientras David Vega Aller se pasea con su todoterreno con el morro pintado como si tal cosa. El cáncer es GILIPOLLAS).
Finales de abril. Remite el catarro barra faringitis. Las placas ya casi no se ven. Llega una ola de frío que dura 72 horas y caigo víctima de la misma (Thank you, global warming!) para desandar el camino recorrido. Pero no preocuparse. Que justo para el fin de semana tenemos una nueva cistitis en curso. Cabezonamente, me negué a ir al médico. Craso error. Las cistitis no mejoran por su cuenta, por más litros (3) de agua que bebas al día. Llegado el momento en que o bien me quedaba a vivir en el WC o me meaba en el autobús (porque desde febrero no tenemos coche), opté por lo segundo y me tomé mis antibióticos. ¡Doble yupiiiii! Y buena cara.
Rojas, verdes y amarillas. Y azules. Y blancas.
Justo a principios de mayo tuve un subidón: Syberia 3, Covenant y el nuevo coche... Pero poco me duró la alegría. Debería haberlo esperado. Pero ¿quién se espera que una gatina preciosa, una princesa felina que apenas tenía un año, criada y cuidada con todo el mimo y amor del mundo, se muera de neumonía de la noche a la mañana y le parta el corazón a la mejor persona del mundo y a todos los que la queremos? Esto tampoco se pasa.
Esto tampoco se pasa
Las cosas buenas les pasan a las personas buenas POR LOS COJONES. Aquí perdí la buena cara y ya no he querido saber más de ella.
* * *
Desde entonces, poca cosa. Otra vez el whiplash, sin haberme recuperado del último. Herpes labial, que no tenía desde 2014. Este martes me picó una avispa, la primera de mi vida, y resulta que soy alérgica, observad:
¿Culo o codo?
Por cierto, al fin hemos tenido noticias de la indemnización por daños: ¡oh, sorpresa! el mínimo posible que no cubre ni las facturas de los medicamentos ni mucho menos las secuelas a medio y largo plazo (de momento, medio, y ahí siguen).
Estoy harta, harta y cansada de ponerle al mal tiempo buena cara. Harta de pastillas, harta de currar a pijo sacao por mí y por *todos mis compañeros*. Harta de estar siempre enferma, lesionada, deprimida y cansada. Harta de no tener respiro ni drogas ilegales.
Quiero hacerme una croqueta en la cama y no volver a salir hasta que todo pase. Ya sé que hay malas rachas, no es la primera ni la peor que he vivido, pero sí sé que, hoy, aquí y ahora, ya no tengo buena cara que poner.
¡Jajajajajajaaaa! Que Dios me conserve la memoria histórica (y los gatos) muchos años, para poder compartir en éste, mi rincón del ciberespacio, mis teras y teras de recuerdos (y de gatos) antes de que el Alzheimer me arree un mazazo de padre, hijo y una palomita que vive con ellos.
Allá por 2005 estaba justo palmando Juan Pablo Palito Palito:
- El Papa está Six Feet Under.
- ¿Ya feneció?
- Sí, ya murió el pobre señor, de blanco y por la Iglesia.
¿Qué puedo decir? No tengo - ni quiero, ni necesito - excusa. ¡Ja, excusas a mí! (Perdón, ¡bomberos y Michael Fassbender a mí!)
Hace ya tiempo que venía pensando mientras hacía pis que tengo esto totalmente abandonado. Pero no. Siempre hay un milagro para un descosido, observad:
Salvemos a Billy Crystal
No tengo excusa, ni falta que me hace, pero sí tengo un prólogo.
PRÓLOGO:
This is what comes from typing. Durante años (muchos) mantuve vivito y coleando un diario que se divide en (muchos) cuadernos del siglo XX (no soy vieja, soy un clásico) que viven en el trastero, en ese lugar oscuro donde las cosas cogen polvo y se apolillan. Durante otros años distintos (muchos también) tuve un CYOF que me cerraron por enseñar el coño. Y ni siquiera era el mío. Era un coño muy bonito y muy peludo que tod@s, pequeñ@s y mayores, podéis admirar en el museo de Orsay. Sigo resentida, pero me la suda (ya hemos discutido con anterioridad mi problema con el exceso de sudoración, tengo un charco entre los pies...) Total, que la menda hace de su capa un sayo pero luego no se queja de que no tiene una capa, sino un sayo. Vamos, que esto "es lo que hay".
Así que si cuela, cuela, si surge, surge y hoy surge, porque, decidme, ¿cuántas palabras riman con surge? La rima asonante no vale:
Al que adivine la fuente le doy un premio*
* El premio consiste en el reconocimiento público a la ardua labor de googlear. Bases ante Rocío Jurado. Se publicará aquí mismo, en la sección de comentarios. Save Billy Crystal AND the kitten.
MEOLLO:
Total, que no tenía nada que decir, amores, quitando lo bien que me están sentando las pastillas, pero tenía que decirlo.
El
domingo después del bolo, de camino a Ponfe, con una pedrada considerable, venía pensando en
alto: "Se me tenía que caer la cara de vergüenza, dos años de abstinencia y a mi edad, voy
y me rompo... Lo primero que haga en cuanto me vuelva a latir el corazón será
recogerla (la cara) y rogar que no haya roto nada más..."
Lo primero primerísimo: No me gustó, me sobreencantó, que es el verbo menos
pobre que se puede utilizar, como siempre y hasta siempre, garantía de orígen,
yo ya venía bastante escacharrada de criterio (es un decir) por culpa (es otro
decir) de los Beatles, pero cuando por fortuna os aparecisteis en mi vida como
por encanto, pensé varias cosas al mismo tiempo, que, cual mandamientos, se
resumen en dos:
-
Oh, diosa, al fin entiendo por qué nací demasiado joven para ver en crudo a los
Beatles...
-
Qué suerte que estos me hayan coincidido en la misma península...
Nunca
podré desconoceros ni desescucharos, y si hay algo que me mola es ir librándome
de virginidades, quicir, cuando alguien me pregunta si no conozco a tal o no he
escuchado a cual, y es que no, siempre pienso: "Qué suerte para mí, algo nuevo que
estrenar, que conocer o escuchar, me va a encantar la primera vez... Y figúrate si, en
efecto, me gusta, la de veces que podré repetir :D:D:D”
Que,
en efecto, así ha sido. Como el solomillo de Al Braseo. Repetir con vosotros es un lujo bizantino. Mira que
sois cojonudos, pero da igual, la próxima vez será mejor que la anterior. Tal
vez no igual, jamás "lo mismo de siempre", buaaah, the best is yet to come como que me
llamo Hes.
He
tenido mucha suerte en la vida (enfermar de la vesícula, some twisted how, también, mira lo bien
parada que he salido, que no estaba tan buena desde los 90 :D) y compartir tiempo y espacio con vosotros, un
milagro de la vida (porque al fin y al cabo, el planeta es finito - a la par que esférico, simpático oxímoron -, pero el
tiempo, tela marinera, ¿te imaginas que tú hubieses sido la primera presidenta
abiertamente lesbiana de un país de mayoría musulmana y yo un samurai del
SXIII? (o viceversa)?
Hace
ya cinco o seis años, explicándole esto mismo a Juan, nos decía a Tea y a mí:
"Ya, pero tengo miedo de que algún día no vengáis, o no os guste..."
Y aquello sonaba como tenerle miedo a la invasión de los utracuerpos: a ficción
barata y a ganas de gastar adrenalina inútilmente.
Cada
año más altos y más guapos, como mis sobrinos. Y punto. (Ja, punto y seguido). Fue uno de los días más bonitos y
esperados del año; hacía ya dos que no tenía el gusto, por la crisis
seguramente, que es lo que tiene la culpa de todo, y aparte, por resultar mejor de lo que esperaba, y eso que llevaba el trolley lleno de elevadas expectativas:
-
Tenía tantas ganas acumuladas que ya estaba barajando subastarlas en Ebay.
-
Me llevaba a Óscar, a quien había estado dando la turra con vosotros tantos meses
como hace que me consiente turrarlo - si vieras lo mimada que me tiene... -, aunque esa es otra historia que debe ser
contada en otra ocasión. A quien, como era de esperar, sobreencantásteis
sobremanera.
-
Se apuntaron Visa, Ana y Hugo, y entre los cinco fue como irnos de vacaciones.
Conseguí reservar en el Palazuelo a la segunda, jajaja, y esta vez no hizo
falta mandar un fax ni llamar a la gasolinera aledaña. Además, comimos (y
cenamos, complicaciones las justas) en un sitio ideal que se llama la Regenta, donde yo ya había
estado pero sin beberme los restos de la bodega – lo que me dejaron los otros
mendas, a excepción de Hugo, que bebió agua, angelico, lo bien que se enrolló a sus siete (7) años cumplidos, soportándonos brindar por Manzaleña. La gente del pueblo encantadora
como siempre, y las copas, baratísimas… Sigh!
-
Pasamos el día comiendo y bebiendo (y bebiendo y bebiendo) y escuchando
maravillas, bajo el sol, la lluvia y las estrellas. Fue galvanoplástico.
Así
que nada de gracias. Gracias las que tú tienes, que se te salen por todos los
poros. Va a haber que impermeabilizarte. Gracias a todos, a los cinco (5), pero
sobre todo a los presentes (con los otros ya hablaré y no les haré la pelota
como a ti precisamente... ¡Bu!) Gracias por venir y por repetir, y
siempre que las circunstancias lo permitan (y si no, haré como Bruce Lee y
crearé mis propias circunstancias, mandando a las otras a vivir su vida) ten por
seguro que allí estaré yo repitiendo a mi vez, con mi/tu corbata (incluso
cuando no se ve, la llevo), flipando en colores, bailando descosida, aplaudiendo
hasta partir los anillos y/o llorando a moco tendido. De alegría. Que se sepa.
Y
a continuación mis mil o más disculpas, en fila india, mohinas y
cariacontecidas, por no haber sacado hasta ahora un ratito para contestarte como mandan los cánones (*)
y decirte lo mucho que te quiero, lo mucho que lamento haberme pillado tal
cogorza que no hubo forma de poner un pie delante del otro, y por ende, haberme
perdido el Villamajazz Profundo en la peña, y lo que es mucho peor, no tener
disculpa más que cada cosa tiene su momento y se confirma que esta noche era este.
Este
en el momento en que te lo digo. Para que lo sepas, y si ya lo sabías, para que
no se te olvide.
De
todas maneras, a estas alturas, (*) ya habrás comprobado a qué le llamo yo
"un ratito para contestarte" y a qué tipo de cánones me refiero. Soy un desastre sintetizando, y además me
daba mucho por saco responderte así sin más, en un descanso del curro: "Me
encantó, espero veros pronto, un abrazo..." porque yo no soy esa tía. Yo
soy la tía que no tiene Twitter porque con 140 caracteres no le da ni para el
prólogo.
Yo
soy la tía de cuya devoción no debes dudar jamás. Y con jamás me refiero a nunca. Nunca como en "Nunca me des tequila."
Dani, amore. Gracias por todo. Que no es poco. Espero de
corazón (ahora ya parece que me ha latido un poco) que nos veamos pronto. Seré
pesada y cansina con mi brother, aunque ni falta que hace, puesto que él está
también deseoso de teneros cerca.
Me
pide Tea que os diga que por favor no vengáis si no está ella, o en su defecto, que vengáis
tan a menudo que alguna vez coincida. Ahora vive en Dinamarca, aunque viene
bastante. Este domingo, sin ir más lejos. Le contaré esto, o puede que,
llegados a este punto, salga publicado mañana a primera hora (a las 2:15 para ser
exactos).
Transmite mi mensaje (sintetiza al gusto), pero quédate con todos los abrazos.
- Examen de conciencia: Lo que me hacía falta, como si no me pusieran un examen de Excel cada día de dos.
- Dolor de los pecados: Me porculiza sobremanera la persona non grata en que me convierto cada vez que subo al andamio. Por supuesto, la culpa es del andamio, pero la singracia soy yo.
- Propósito de enmienda: ¡Nunca mais!
- Confesión de los pecados: Mea culpa, mea Omeprazol, mea Cidine, mea Valium... La que no llora, lo mea.
- Cumplir la penitencia: Me parece que ya hemos saldado cuentas Cristo Dior y yo...
Hoy venía toda dispuesta con el culo en pompa a cagarme en todo lo cagable, que poderosas razones no me faltan (y no me refiero a Miss Tetas ni a su perro, que yo siempre he sido felina y Ramone), pero me niego y me callo la tecla. Me tomo mis pastillas rojas blancas y amarillas y pasa la vida: "Siéntate tranquila y no hagas nada, la primavera llega y la hierba crece..." Eso sí, siéntate con los pies en alto, que la inundación de la cocina no roce tus lindas dedas; la primavera llegó en febrero y acto seguido, se fue con viento fresco, nunca mejor dicho, atendiendo a los cánones de la justicia refrana. Tú tranquila, gordita, que todas las hierbas crecen menos las que deberían. No hagas nada, a buen seguro el grifo de la bañera desarrollará mágicamente una ducha nueva cual rabo de lagartija. Y la Boni sacará de un escupitajo el atasco que lleva dentro, y lo hará hacia fuera, Romerales, sin ponerme la cocina como la franja de Gaza. Por no hablar - ya me he cansado - de mi House y su puta madre, de este cuerpo de mindundi que ya no sirve ni para ponerse malo de veras y, en fin, de esas tres cosas que hay en la vida: salud, dinero y amor. Y el que tenga esas tres cosas, que me preste al menos dos. ¿Dónde pasará la vida esa de la que tanto he oído hablar? Seguro que no es ni cerca de donde yo me pego los tortazos que me pego contra el duro suelo del planeta realidad. Y mayeando a estas harturas nos entran los siete setecientos males (saca setecientas sillas) y nos echamos liamos las manos la manta a la cabeza: "Oh, pero si..."
Me gusta mi cama, adoro mi cama.
La lluvia me permite oler a petricor y a Inglaterra.
Una cabeza piensa menos que dos (ejem), pero también suelta menos pelos.
"... y los dolores de espalda que te ahorras..." (¡JOJOJO!)
Nací en el momento justo, perfecto y exacto para cruzarme con ASQ en el momento justo, perfecto y exacto - ¿déjà vu? - Algún día nuestros diez pies se tropezarán de nuevo (((y será un lío, con tantos zapatos iguales))), porque lo mejor está por suceder. Y me paso a los Bitels por los labios mayores y menores.
"Se me va un trozo de ti..." A mi Capitán le regalaré la vesícula. A buen seguro JP sabrá cómo disecarla.
No me toca la Primi porque me tocaron los primis, y eso sí que es un conjuro de mando, eso y la merieeeendaaaaaaa!
El mar me espera haciendo olas.
Me duele la personalidad de no ser capaz de ser la auténtica puta sin corazón que desearía ser, sino terminar, como tantas otras veces, recordándome a mí misma que aún hay una gata que me quiere, que las cosas podrían empeorar, y sorbiéndome los mocos, que ¿sabéis qué os digo? no son mocos, es agüilla, esa expresión me da un ascazo...
Thanksgiving my arse, pero alguien me ha dado hoy algo de energía positiva, un poquito que le quedaba para una emergencia, y entonces sí, thanksgiving indeed.
Con ese poquito creo que aguantaré hasta el solsticio, y entonces estaremos hablando.
Hoy vengo a presumir de lo valiente que soy para las gilipolleces a mis 25 años cumplidos.
Me han hecho una gasteroscopia y me he portado tan bien que me ha felicitado todo el personal (dos).
"Ahora traga..."
No estaba nerviosa, la verdad, sino más bien intrigada, y cuando descubrí que podría verme las entrañas en directo en una tele en color me pareció chachi, soy asín de cochona y, aparte, como no tengo tele, cualquier cosa me emboba :D
No sentí molestias, dolores ni arcadas y descubrí que no estoy podre por dentro como temía, que mis tripas son rosa chicle y parecen francamente sanas y lozanas. Tenía un papiloma en el esófago que la endoscopista (¿?) me quitó con unas pinzas y mucha maña, asegurando que era menudo y benigno pero que al parecer los extirpan siempre que los ven... No debe de haber nervios ahí porque lo arrancó de cuajo y sangró y todo, y sin embargo, no sentí nada.
Ahora, googleando, compruebo que no es tan frecuente aunque sí bastante inocuo, sobre todo comparando el aspecto del que me han quitado con los aliens que salen en internet (¿qué come la gente?), pero ahora por lo menos tengo "excusa" para mis dolores y padecimientos. En unos días me harán una eco (eco, ecooooo...) y a lo mejor aparecen más excusas, pero he de decir a todos los catastrofistas que durante semanas intentaron meterme miedo con sus terribles experiencias endoscópicas o las de sus allegados que son unas mariconas. Puede que yo sea una cobarde para todo lo demás, para todo lo importante, pero sinceramente, cosas peores me han metido en la boca.