Monday 20 April 2009

Sin palabras

¬¬




Conversation Piece llamémosle 1 (miércoles)


- ¿Sabes lo que decía mi horóscopo?

- ¿Qué?

- Asustarás a piscis, jojojo!

- Pero si ya me tienes acojonao, jajaja!



Conversation Piece llamémosle 2 (jueves)


- El sábado comemos juntos.

- (Glub) ¿Sí? ¿Dónde?

- En tu casa.

- (Glub) Vale. ¿Qué preparo?

- Lo que sea, me da igual.

- ¿Qué me pongo?

- Nada: triunfarás.

- Vale, pero no te olvides: tenemos una cita.



Conversation Piece llamémosle 3 (viernes)


- ¿Te has olvidado de ayer?

- Noooo. ¿A las dos?

- Vale. ¿Te acuerdas de dónde es?

- Sí, no te preocupes. Sabré llegar.

- ¿Algún capricho en especial?

- Me da igual. Pizza.

- Genial, así no tengo que cocinar.

- Venga, pues hasta mañana a las dos. Me voy a currar. Pásalo bien.

- OK, hasta mañana.





(((Planta rodadora atraviesa la pantalla de izquierda a derecha…)))





Conversation Piece llamémosle 4 (sábado)


- ¿En serio que no ha aparecido?

- En serio y en sirio. Espero que se haya muerto, porque otra excusa no me cabe en la cabeza.

- ¿Y no te ha llamado ni avisado ni nada?

- No, ya te digo que ha debido de fallecer justo hoy.

- No me lo puedo creer, no es propio ni siquiera de él. ¿No le has llamado?

- Ni hablar del peluquín que le va a hacer falta cuando se le caiga el pelo. Y ni siquiera estoy decepcionada. Era de esperar. Era, literalmente, de esperar. Primero siete años y después siete horas… Pero mi venganza será terrible. Asumiré la postura de testigo presencial, pero sé de uno que, en cuanto se entere, le va a crujir la espalda a bastonazos. Y tú deberías estamparle el tiramisú en la cara.

- No, no, el tiramisú nos lo comemos tú y yo.

- Ea, con cucharas soperas. De momento yo me he abierto uno de los CUATRO vinos distintos que tenía para elegir y me estoy vengando por mi cuenta. Luego estaré comiendo pizzas y ensalada hasta pasado mañana, pero sin problema, soy flacucha, me lo puedo permitir.

- Peroperopero… ¿pediste las pizzas?

- Sí, jamía, sí. Soy así de confiada…

- Lo peor es que se autoinvitara en la fecha que más le convino y a tu casa encima y ahora... en fin, sí, tiene que haberse muerto porque otra explicación no hay.

- Y si no se ha muerto, más le valdría, porque le va a caer la del pulpo. Lo que me recuerda que menos mal que no me dio por preparar pulpitos de roca con patatas, porque si encima me paso la mañana poniendo la cocina como la franja de Gaza y me planta, lo aniquilo.

- Igual le ha pasado algo.

- Ya, ya lo he pensado, y me he sentido todavía más gilipollas: preocupándome y pensando en llamar a los hospitales mientras el muy nabo probablemente esté durmiendo la mona. Espero de todo corazón que anoche ligara y le pasaran unas buenas purgaciones. Fijo que le están pitando las OREJAS, maldito bellaco…





- Juas, sí.

- Orejas que a poco tardar estrenarán mi nueva navaja.

- Di que sí, desahógate.

- Ya, prefiero tomármelo a risa porque qué otra cosa puedo hacer, pero ha sido de FEO y de IMPRESENTABLE que no tiene nombre.

- Para matarlo. Eso no se le hace a nadie, y a una amiga menos. Sobre todo después de imponer sus condiciones sin preguntarle a la anfitriona, vaya jeta que gasta el muchacho.

- Al menos me servirá para escribir un post que haga reír.




* * *




Aarón es un amiguín mío añejo y pellejo al que históricamente he querido siempre doce o más en fila india y a quien me une una larga historia de acoso (por mi parte) y cagalera murciana (por la suya). Aunque después de tantos años ya somos como hermanos, seguimos haciéndonos carantoñas y diciéndonos boludeces, en una disolución de 90/10. Yo le hago el 90 % de las carantoñas, en forma de amables palabras, sinceros abrazos e incontables regalitos (((para detallista yo, que por algo me quiere todo el mundo y no es por mis enormes tetas…))) y él me compensa diciéndome el 10% de las boludeces, yéndose a vivir a Canarias, o a Australia (((donde espero que un cocodrilo intente comérselo y lo escupa, porque ni para eso vale, el desgraciao...))), y plantándome la única vez en la vida que ha tenido el coraje de pedirme imponerme una cita. La imposición en cuestión no es que me molestara, más bien al contrario. Me hizo tanta ilu que salí del bar flotando en una nube (no necesariamente etílica, aunque también) y acto seguido, le rogué a mi santísima amiga Teté que preparase uno de esos tiramisús caseros de la muerte que prepara ella, pese a que sabía que apenas tendría tiempo, ya que el viernes llegaría tardísimo a casa y el sábado tenía feria del curro. Yo por mi parte, entre pitos y flautas, dormí apenas cuatro horas para levantarme a tiempo de recoger la casa, bajar al centro a comprar varias botellas de vino, ducharme y ponerme mona, encargar las pizzas, preparar una rica ensalada y estar a las dos en punto como un pincel sentada ante la compu haciendo tiempo hasta las dos y diez, un suponer. Y cuarto. Y media. Las tres. Las cuatro. Y así sucesivamente hasta que quedó meridianamente claro que:

a) O bien había muerto.

b) O bien se refería a otro sábado.

c) "Lo mismo lo soñaste."

En todo caso, al principio me lo tomé a risa, pero hoy, al encontrarme la ensalada mustia, las pizzas resecas y el tiramisú sin estrenar, me entró como una sobredosis de rabia contenida que si lo llego a tener delante, lo fundo con la mirada. Lo avío. Lo desintegro. Lo descuartizo. Cuando se entere mi hermano (su jefe), lo va a moler a palos. Mi hermano (su jefe) lleva bastón, gasta una mala hostia que ni os imagináis y encima me quiere doce. Así que si Aarón no se ha muerto, más le valdría, porque os digo que no seré yo quien se vengue con mis puños de mindundi. Yo soy una señorita filóloga con mucha(s) clase(s) y además tengo hermano que me defienda y me desagravie. Y será por amorines, anda que no tengo yo amorines en la recámara que estarían encantados de comer pizza conmigo cualquier sábado del año...

Pero lo que más me jode es tener que tomármelo a risa y hacer un monólogo de ello. Porque si lo pienso seriamente, me pasaría como a Amélie cuando se convirtió en charco. Se me caería el alma a los pies y me entraría tal vergüenza ajena que mi corazón no podría soportarlo. Porque parece ser que yo tengo mejillas desde la punta de la coleta hasta el dedo gordo del pie, y darme bofetones está visto que es, para algunos, como la Wii, ese bonito deporte.






Pero sobreviviré, me comeré la ensalada mustia, las pizzas resecas y el tiramisú a paletadas y finalmente acabaré ganándome la vida como escritora de notas pasivo agresivas :D Observad:

“Esto no se hace, chiqui. Pero es curioso, tan poco espero de ti que ni siquiera estoy decepcionada, aunque como broma no haya tenido ni puta gracia. Que pases un buen día. Te quiero once.”




* * *




Apagué el teléfono y me fui a dormir una siesta largamente merecida. Luego vi una triste llamada perdida de las siete de la tarde.



Y éste ha sido el fin de una bonita amistad.





¬¬

2 comments:

la sombri said...

Pues, jo, siento que no haga reir el post, pero hasta a mí me ha sentado mal... ¬¬

Eso sí, no veas como ha debido de joder lo de "te quiero once"... Perder puntos en esa escala tuya ha de ser el peor castigo.

¡A comer tiramisú en buena compañía, que la primavera decide ir y venir a su antojo! (y si la cazas con tiramisú y buena compañía incluídas, mola mucho más)

Besetes.

Hesterbeat said...

Gracias por entender que *once* es lo peor que le puedo decir a alguien.

El soplagaitas orejudo también sabrá entenderlo, estoy segura.

Para hachazos, los míos.