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Hoy, por ser el único día de la historia (incluida la prehistoria y la guerra de las galaxias) en que cumplo 33 - “Diga treinta y tres.” - he decidido largaros un ladrillo en toa la ceja, un *algo* viejuno, que nació hace ya mucho y que he venido reescribiendo desde hace tanto, o menos. De vez en cuando, me pide el cuerpo releerlo y editarlo, quitar cosillas, ir añadiendo otras nuevas… Me gusta porque lo escribí para mí en su día, y es algo que aprecio y que creo muy
mío y muy
bueno, aunque suene feo que lo diga yo. No tanto por la forma, ya que es un texto en movimiento, sino por el contenido, por lo que soy y he sido, y parece ser, seguiré siendo.
Espero que no os atonte.
Thou Reader
"Thou Reader, throbbest life and pride and love the same as I, herefore for thee the following chants".
(W.Whitman, 1881)
A ti, Lector
“A ti, Lector, palpitante vida y orgullo y amor lo mismo que yo, por ello, aquí tienes los siguientes cantos.”
(W. Whitman, 1881)
(Original manuscrito de 2003)
Probablemente dentro de diez años me acordaré de esto. Dentro de diez años estaré a punto de cumplir cuarenta y tres, que, qué duda cabe, ha de ser peor que decir treinta y tres. Y lamentaré:
a) estar a estas alturas pensando en gilipolleces,
b) ponerme vaqueros del instituto,
c) no tener tetas ni conatos de ellas,
d) estar perdida y no saber dónde buscarme,
e) no bailar todo lo que debería,
f) no montar en moto desde hace tanto,
g) no visitar museos ni exposiciones,
h) estarme perdiendo la vejez de mi gente,
i) leer siempre los mismos libros, y leer Cosmopolitan,
j) darle vueltas a todo sin llegar a ningún sitio,
k) beber tanta cerveza,
l) no viajar salvo para ir al baño,
m) carecer de principios, de moral y de euros,
n) pasar tanto tiempo con la Compu,
ñ) y tan poco con otros Seres Humanos,
o) no saber más idiomas,
p) hacer daño a Noeeeemi,
q) no poder gritar verdades como templos,
r) no ir nunca al médico,
s) creer en los ángeles,
t) dormir con mis peluches,
u) seguir agrediendo a la guitarra,
v) escribir tonterías,
w) añorar los viejos tiempos,
x) aferrarme a la pluma como a un clavo ardiendo,
y) que las cosas me afecten,
z) no hacer lo que realmente me da la gana.
¿Queréis saber lo que me da la gana?
PUM!
Disparar contra mi cuerpo, que nada salvo esto alberga:
Pegarle a George cuando me canta las cuarenta, pasar de todo el mundo y correr hasta mi casa, pisar bichos, ser injusta. Hacer llorar a otros cuando canto, olvidarme de la carne de gallina. Hablar con Iñaki Gabilondo. Reírme a carcajadas de las señoras que caminan por el parque a toda castaña, creyendo firmemente que van a volverse más delgadas o más jóvenes. Jurar que yo no he sido. Jugar con las fagaras en invierno, retar a las tormentas, pasear por los andenes. Salir de fiesta con algun@s alumn@s. Mirar de hito en hito, arqueando una ceja. Desdeñar el desdén y guardarme el sarcasmo. Besar los labios de determinadas chicas. Conquistar con mis ojos animales a cada músico que se ponga por medio. Indicar a la gente el camino al lavabo en el Morticia, partirles las piernas a todos los atletas, lanzar dardos y clavar chinchetas. Bajar del cielo a hostias a arcángeles silentes, convencer a la calefacción de que no se apague. Hacer que los políticos me inviten a una copa, y dejarla sin catar sobre la barra, soñar que mi bebé da sus primeros pasos, cantar bajo la lluvia, cenar en Casablanca, traducir
decentemente los poemas de Whitman, pintar atardeceres con mi cámara de fotos, ocultar las orejas y escuchar al fin y al cabo. Castigar a Evangeline por haber sido buena, mis yemas en llamas, vecinos en vela. Hacer que los lunes merezcan la pena, desayunar gofres con sirope de chocolate amargo, pensar en lo grande que es el espacio, flipar con lo largo que es el tiempo y celebrar una fiesta por haber coincidido con
algunas personas. Aburrirme de ver porno escandinavo, apagar las velas con las yemas de los dedos, pensar que mis estrías son parte de mi historia. Viajar en mi cabeza a los confines del planeta. Reunir amaneceres, visitar nuevos olores. Inventarme nombres, aprender palabras, confiar en que mañana ya no llueva. Saber a ciencia cierta cuánto me quiere Arturo, y echarlo tanto en falta que creo que es injusto. Reir los chistes malos que me cuentan a veces. Dialogar con Teté largo y tendido (con sendos tés por medio o sendas cervezas). Ser Caperucita, o Amélie, o Julia Roberts, meterme con los dioses,
quienes quiera que sean, no perder detalle, tener la palabra, sorberme los mocos, tirar la toalla, padecer agravios, ser desagraviada. Sentirme rodeada por los elementos, dejar que me hagan fotos, patinar sobre hielo, usar Tippex con soltura, liar flais con una sola mano, escuchar una y otra vez esas canciones, recitar esos poemas, "y bajo tus pestañas dormitar", poner algo de moda, ir probando melones. Aplaudir a Aguardiente hasta romper anillos, memorizar datos que no sirven para nada (Burundi: Bujumbura), correr conmigo misma a ver quién llega antes, contarle a mi madre qué he hecho de comida, dormir en verano "bajo el cielo infinito", añorar el olor de la manta de mi cuna. Lavarme las manos al acabar las clases, hacer reír a Al, llevar a Chicho al cine, practising my English with such lovely people, lamer sellos y sobres, dejar que corra el agua caliente por mi espalda, aunque haga ya rato que he acabado de ducharme, conocer al dedillo mis articulaciones, encender un incienso, apagar el flexo, escuchar a Smetana, respirar al unísono, plegar alas, arriar velas y entregarme en diagonal a los encantos de Morfeo, tocar el piano con todos los dedos, notar mis cicatrices, esperar a que
descuelgues, hablar del tiempo con los taxistas, contar vergüenzas sobre mis aficiones, sentirme más endeble por llevar una tirita, hurgar en las heridas de tiempos pretéritos. Ser, en ocasiones, adorable sin proponerme serlo, clavarme las uñas en los costados, aguantar el aliento hasta quitar el hipo, morderme la punta de la lengua y las palabras, evocar con Bea, Nuria y Mon los tiempos de instituto. Oler y olfatear las hojas de la higuera, morder los pliegues laterales (¿costados?) de las barras de pan. Haber sacado "siempre todo sobresalientes" (Trini Martín dixit, semper eadem...), despertar un pie dormido moviendo los dedos. Tener buenos modales (sólo de vez en cuando). Tomar Peique con Peter y tomármelo de un trago, como hace uno a veces con las cosas amargas, mandar mensajes cortos a las tres de la mañana, y ¿qué me
desís de estornudar varias veces seguidas? Pensar en el rey cortándose las uñas, cantar villancicos sin ser Nochebuena, notar el frío en los pies descalzos, recibir correo del siglo veinte, ser autosuficiente, no tener que dar explicaciones, sorber el cacao haciendo ruido. Montar una fiesta sólo para Noeeeemi, disfrutar del verano al sol en este patio, dormir a pierna suelta hasta el mediodía, inculcar valores que merezcan la pena, transgredir las normas de lo establecido, madrugar los sábados, comprar calcetos nuevos, mascar hielo picado, chuparme los dedos, mirar a la luna, no tener complejos, atusarme las cejas, agradecer los guantes, fruncir el entrecejo. Bailar como si
todos me estuviesen mirando. Saltarme a la torera los domingos y festivos, hacer la vista gorda, dibujar estrellitas, espirales y tréboles mientras hablo por teléfono, cerrar con una pinza las bolsas de maicitos, hundirme en las profundidades de mi propio sexo, peinar a los demás, apoyar la cabeza en hombros amigos, el alféizar de cebra del Barracuda que fue, mentir con descaro y sin contemplaciones ("Hey, your English is perfect" - "Thank you, I'm from New York!"), escuchar zalamerías, no revelar secretos ajenos, hacer amigos nuevos, no ser mala persona ni necesitar serlo. Abrazar a Nachete, y a Marcos, y a gente, y recibir abrazos, de profesionales está el mundo lleno, comer gambas, pelar naranjas, tomar el sol y contemplar la luna sin haber cambiado de postura, pescar cervezas de la nevera y correr al servicio a devolverlas a la naturaleza, y no ser tiquismiquis y ser tan viciosa. Dar clases estupendas, leer al revés toda la prensa, ponerme ropa ajena, buscar intermediarios, dar y tomar aliento, gritar estando a solas, ahuecar las almohadas, apoyar las rodillas en un
confesionario, las clavículas de determinada gente, quedar con la Vane, correr escaleras arriba y perder el bus justo a tiempo, estirar el cuello para ver el dragón de mi espalda, consultar mi horóscopo, echarme las cartas, temblar sin que haga frío, hacerme coletas, aspirar una rosa, agarrar de la mano, enroscar espaguetis, reír bajo las mantas, coser desgarrones, andar de puntillas, invocar a mi oráculo, no tener ni idea, despertar de pesadillas, invadir territorios y conquistar planetas, charlar por los codos (y por el resto de mis articulaciones), inaugurar locales, dirigir eventos, flipar cuando diluvia, volar cuando nieva, llegar helada a casa, tomar sopa de tomate, darme una ducha y quedarme tan campante, sonreír a los perros, provocar sonrisas, tener importancia, llorar de la risa, vestirme de rojo, hablar de perilla, partirme en pedazos, silbar melodías. Jugar con la arena, hacerme a la vida y a que el tiempo pase cada vez más deprisa, ser feliz ahora, capturar visiones, sonarme tras el llanto, vivir cada instante, hacer de Lolita, comprar cosas rojas (siquiera tomates),
abrirte la puerta y no dejar nunca a nadie en la estacada, soñar con amigos, decir tonterías, trepar altas cotas, guardar mis espaldas, levitar a veces, releer mis cartas. Temer un poco lo desconocido, hacer el mono delante del espejo, con trenzas por bigotes, o mirarme el culo, vivir poco a poco, creerme mentiras. Andar los caminos y cruzar los puentes, bailar desnuda por toda la casa, y acto seguido, pillar un resfriado:
Me duelen los ojos, me duele el cabello,
me duele la punta tonta de los dedos,
y aquí, en la garganta, un bichito corre con cien patas largas...
¡Ay, mi resfriado!
Chaquetas, bufandas, leche calentita,
y doce pañuelos, y catorce mantas
y estaré muy quieta junto a la ventana.
Abrir de vez en cuando el baúl de los recuerdos, ver documentales, ir de arriba abajo, de dentro a fuera, de un lado a otro a pesar de los pesares. Leer periódicos de hace cuatro años, manosear la Biblia, ser consciente ahora de qué van mis hormonas, imaginar de qué van las hormonas de otras gentes. Lamerme los dientes por su cara interna y saber que el mundo no puede saberlo. Esforzarme por que todo sea perfecto, saber que tengo un hueso que se llama hioides, haber sido diosa, montar en la Guzzi, ver a alguna gente y lo poco que han cambiado, tener agujetas tras montar en bici, jugar a la rana, ser medio andaluza, descubrir senderos que no conocía y seguirme preguntando dónde termina el hueso y da comienzo el cartílago. Responder honestamente algunas preguntas, y para las otras, inventar bellas mentiras. Bañarme en un lago cuando es madrugada, y saber que las sábanas me aguardan impacientes. Oír cantar al cuco de Villavieja, que siempre trae siete (7) buenos augurios. Regalarme a mí misma sesión de belleza, silbarle "Moonriver" a un gato callejero, sentir poca pena por cosas pasadas, seguir enfadada con algunos profes, llamar atenciones, cumplir primaveras, querer a los Beatles, tener una higuera, irme de excursión por los cerros de Úbeda (provincia de Jaén) sin salirme jamás por la tangente. Andarme con rodeos o ir directa al grano, todo depende de un ángel y un diablo, estar orgullosa de todos mis pecados, probar nuevos postres, estar al acecho, haber tenido cuatro pedazo de abuelos, cepillarme el pelo, estirar las piernas, sentir vergüenza propia mejor que la ajena y no tropezar nunca con la misma piedra. Sentirme fatal si estoy arrepentida, y si no lo estoy, importarme un bledo, brindar por Cernuda, cenar en el Traste, guardar en mi memoria pelos y señales, ser parte de las memorias de otros. Comerme dos pizzas cuando tengo hambre, observar conductas, encontrar miradas, sacudir la ceniza de pitillos ajenos, inventar el guión de la noche del jueves, estudiar latín porque me aburro un poco... (¿qué estudiaría de aburrirme mucho?) Cepillarme los piños dos veces seguidas, ponerle a Pableras el culo en la tripa y hacerle cosquillas, echarle de menos, mirarme al espejo y hablarle a la otra, perder los papeles, hallar la salida, morderme los dedos, largarme a hurtadillas, probar con un dedo si la plancha está caliente, y quemarme, y quejarme, y que todo dé lo mismo. Hacer chistes de la vida, competir con genios, ser igual que todos, pisotear un charco, sacar la basura, tomar muchos cafeses, y desperezarme, sólo entonces, como un gato. Hacer los deberes, llenar la bañera, dar valor a esto, merecer la pena, saludar a las vecinas, mirar a los ojos, y de vez en cuando, mirar de reojo, ver fotos antiguas, conocer lunares, soplar igual que el viento, aullarle a la suerte, cantar con Nacho Luri, no creer los rumores, hacer malabares, quitarme el sombrero, ponerme las botas, dar algo de miedo, diagnosticar nostalgias y rellenar mecheros. Hallar parecidos, vivir coincidencias, inventar regalos, cumplir mis promesas, tirar de la manta, contar con los dedos, hacer una montaña de un grano de arena, o darle la vuelta y decir viceversa (¿versavice?). Oír al destino llamando a mi puerta, ser capaz de todo, no poder hacer nada, carecer de vergüenza y darme igual la cosa. Cortar por lo sano, coleccionar azucarillos, y conchas, y piedras, saludar a los trenes, ponerme contenta, modelar plastilina, lograr abrir puertas cerradas a cal y canto, ver bajar el río, ver pasar el día, irme de acampada, hacer gastos tontos, montar en tranvía, abrazarme a mí misma, desconocer portales, llamar al ascensor a voz en grito y pedirle que me lleve al séptimo cielo, soñar despierta en ocasiones, tener un corazón a fin de cuentas, echar ajo a casi todo, ver, y oír, y oler fuegos artificiales y no dejar de ser humana y ser divina. Lamerme las heridas, matar moscas con el rabo, hacer cosas prohibidas, ser buena al fin y al cabo, aquel sueño que tuve, rodar por una era cuesta abajo, sentirme dolorida cuando estoy femenina, decir piropos largamente merecidos,
mandarte achuchones y
darte collejas, acallar las malas lenguas, ser una optimista convencida, no darme por vencida ante un percance, comer chocolatinas a mansalva, ser tenida en cuenta por mi gente, pintar corazoncitos, juntar las palmas de las manos, quedarme dormida en el Quijote, ser (sais pas pour quoi) tomada por francesa, escuchar el mar en una caracola, querer tanto a mi padre que duele pensarlo, lanzar a veces flechas, y tirar a dar, y dar, y dar siempre en el clavo, y tener mi clavo ardiendo, y no necesitarlo... Las uñas de Jack Daniel's, el Tararí en verano, un buen vino tinto y el mundo en mis manos. Inspirar afecto, despertar ternura, hacer cosquillas siquiera de lejos, no tener pudor de mi desnudo, no tomar drogas duras, viajar sin equipaje, decir "Tengo un problema", no tener tele por cable, acordarme de todo, darme un homenaje, aprender acordes, embaucar a los niños, charlar con el cartero, tender la colada. Intentar descifrar un código de barras, leer los ingredientes de la pasta de dientes, soltar pareados, reirme entre dientes, guardar esos momentos sólo para Noeeeemi, estar tan de acuerdo con algunas personas, ser antiglobalista y ser vegetariana. Imaginar cómo es vivir con mucha nieve, saltar a la comba, probar posturas nuevas, bailar swing y bossa nova, sacar la cabeza por la ventanilla, probarme a mí misma en todos los sentidos, saber del hueco ese, sembrado de lunares, estrenar una pluma, pensar en Pelayo. Dibujar sonrisas, currar a destajo, sentir poco a poco morir mis neuronas, llorar con el cielo si él llora conmigo, reconocer el olor de la nuca de alguien. Releer todo eso que sé de memoria ("Adiós, muchachos, que nunca fuisteis compañeros de mi vida..."), jugármelo a los dados, preguntar a otros si ellos piensan lo mismo, recordar como propios los recuerdos de otros. Resistirme a tomar una cuarta cerveza, pensar en el 2000 y en su dichoso efecto, ser por fin la chica de aquella portada, guardar en la manga un as por si acaso. Vivir con mi Phoebe, frotar con estropajo, conservar en la boca un hueso de aceituna, quitarme las lentillas, beber agua del grifo, que me caiga encima un destino estrellado. Creer en ese tiempo, "futuro perfecto", que nunca habrá llegado. Sentirme premiada con
tus ojos lectores, y contar los minutos, y morir cada instante, y clavar con alfileres las mariposas de mi estómago, y recibir sorpresas, y regalar regalos y abrazar a la gente que merece un abrazo. Ser imprescindible, llorar por mi abuela. Cumplir a rajatabla los mandatos sólo si estoy de acuerdo con quien manda. Ser desobediente siempre y cuando y a condición de que no pierda nada. Dibujar con el dedo cosas en el espejo y que desaparezcan enseguida con el vaho, y mirar las estrellas desde San Cristóbal, y saberme los nombres de los primos lejanos. Estropear folios con mis ensoñaciones, que tratan de faros y de travesías. Hacer travesuras, ser algo inaudito, estar aterida, parecer atónita, sentirme abatida. Tener en mis madres (las tres) tres tesoros, tirar a la basura cuanto me hace daño. Ser condescendiente, ser afectuosa, no tener envidias ni rencores, oler mi perfume. Partir, dejar partir, sentirme poderosa, hacer favores y también recados,
pasar por la vida como si tal cosa. Poder compartir suspiros con otros, burlarme de gente sólo para mis adentros, sentirme querida si me echan de menos. Percatarme enseguida de cualquier pequeño cambio, tener algo en la punta de la lengua, verme rodeada de gente nutritiva, mi gente Plantavit, mis soles, mi endorfina, ponerme "las canciones que a mí más me molan, las musiquillas que a mí más me motivan", tener mi mundillo, ser poquita cosa, apartar todo aquello que se pone por medio, incluidas paredes, puertas y costillas, quedarme aturdida por cielos rosados. Ver algo yo sola e imaginarme prota. Tararear la misma canción durante días, agradecer a los dioses "mi alma indomable". Lamentar tanto tener que despedirme. Saber que
todo siempre es demasiado y nada nunca es suficiente, ser merecedora de unos cuantos milagros, tener a mis sobrinos,
ponerte la cabeza como una batidora, tener mi Vacun Planet, dejarme de amarguras.
Agradecerte esto y
susurrarte al oído: "Mañana será otro día".
^^
Última edición: 31 marzo 2009.