Thursday, 30 April 2009

Visto y no visto (aka parole, parole, parole...)

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Se me mezclan las lenguas, I notice, don't think I don't; son ya tantos años de filofilia y logología that I wonder what language I actually think in. If at all. A veces no encuentro la palabra o la expresión, and I'm compelled to shift to whatever language I feel more comfy in. Hay ciertas cosas que no se pueden decir igualmente bien en todas las lenguas (bífidas, para más señas). (((Sometimes I also translate "mocosuena" - "Voy a aplicar para ese puesto..." o "You yourself!" - y así suenan en ocasiones los frasos que perpetro...)))

"Frinstans", pojemplo, has been one of my latest, greatest accomplishments as regards accurate translation of feelings**, y me requetechifla, because it's exactly what "pojemplo", one of my very favourite personal acronyms, stands for. "Frigsample" reads too much like a very bad ¿bed? experience, hehehe... La traducción es una ciencia inexacta, and however much I've loved it - I still do - , prefiero llamarla "adaptación cultural".

I'm well aware I'm not winning readership con toste lío. But you are a selected few*, así que espero que you'll find it in your heart to forgive my ranting babble: "Vos sabrás perdonarme." :D

Debería dedicarme a la lingüística instead of life.





* Reality bite: According to the ¬¬ massive ¬¬ amount of comments this blog gets, you are A COUPLE OF very selected few indeed. Pero como nunca os habéis quejado... :D

** Because I actually feel words. I feel them in my mouth, rolling around my tongue, and I feel them in my ears, and I feel them all mixed up inside my head, and I feel them pushing out at times like this.





"Hay cárceles peores que las palabras".





* * *


Hasta aquí, lo visto. A partir de ahora, lo no visto. Y el tango :D


* * *





Hay una carpeta (de las gordas) entre mis marcadores dedicada en exclusiva a las lenguas que me sorben el seso, y a veces, las horas de sueño. Me gustan los idiomas, la comunicación, la lingüística, las palabras y sus infinitas (o casi) posibilidades. Salí cuentista y parlanchina, qué se le va a hacer a estas alturas, que ¿cuánto medirán?... Entre palabras, me sale a relucir mi yo más profundo, mi yo más payaso, mi yo más sembrao de witticismos y boludeces, mi yo más riquín a la par que puñetero. Las palabras me interesan, me intrigan, me apasionan, me molan, me llevan por los Cerros de Úbeda, provincia de Jaén, y saliéndome por la tangente que es gerundivo, perdiéndome en laberintos semánticos y encontrándome en campos léxicos soy todo lo feliz que se puede llegar a ser a estas alturas del mes, que insisto, ¿cuánto medirán? Francés, galego, ruso, portugués, latín, alemán, sánscrito, danés, japonés, esperanto, cockney, ladino, lunfardo... Todos tienen su cosita y sus sesever. English is just a way of life, tho.

Alguna alma cándida ha puesto en tela de juicio (a falta de datos sobre mi persona, y de locus standi) una serie de conocimientos que no sólo poseo, sino que son parte de mí, como mi páncreas. La inconsciencia no es precisamente una de mis *virtudes*. If I can't remember, it never happened. Y esta garufa sabe de todo. Observad:


Garufa
(1928)
Letra: Víctor Soliño / Roberto Fontaina
Música: Juan Antonio Collazo

Del barrio La Mondiola sos el más rana
(Esto significa que sos un espabilao, más listo que el hambre)
y te llaman Garufa por lo bacán;
(Vamos que te llaman pendón verbenero por lo espléndido)
tenés más pretensiones que bataclana
(Eres más chulito que una furcia)
que hubiera hecho suceso con un gotán.
(Que hubiese hecho negocio sólo con un tango)
Durante la semana, meta laburo,
(A currar se ha dicho)
y el sábado a la noche sos un doctor:
(Te quitas la funda de obrero)
te encajás las polainas y el cuello duro
(Te pones hecho un pincel)
y te venís p'al centro de rompedor.
(Y a ligar porai…)
Garufa,
(Sinvergüenza!)
¡pucha que sos divertido!
Garufa,
(Pendón!)
ya sos un caso perdido;
tu vieja
dice que sos un bandido
porque supo que te vieron
la otra noche
en el Parque Japonés.
(El Parque Japonés debe de ser una especie de Casa de Campo platense)
Caés a la milonga en cuanto empieza
(No necesitas que te animen, pecador)
y sos para las minas el vareador;
(Las tías se te echan a los pies)
sos capaz de bailarte la Marsellesa,
la Marcha a Garibaldi y El Trovador.
(Bailas doce veces mejor que Bowie XD)
Con un café con leche y una ensaimada
(Acá se lleva más el chocolate con churros)
rematás esa noche de bacanal
(Bacanal creo que es universal, esperanto de ése XD…)
y al volver a tu casa, de madrugada,
decís: "Yo soy un rana fenomenal".
("Soy la hostia en verso").





Para que luego digan que hablar es fácil, que hasta un niño de dos años sabe... ;-p





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Tuesday, 28 April 2009

Baby baby baby I love you sooooooooo!

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Tengo en mi haber una joya elevada a ene de Nachete.

Aquí os dejo el aperitivo.

Nunca una voz dijo tanto tan rebien.

Sostiene la filósofa, con más razón que Paquito Marhuenda (tonterida de las 13 horas), "son como besitos en el corazón..."

De la Operación Coruña no pienso hablar: me la quedo toa pa'mí. Pero apostillaré que os quiero, chicos. Os quiero más que a las empanadillas de mi madre. Más que a los Bitels y que al salmón ahumado juntos ("Halaaa lo que ha dichoooo..."). Mis siete chakras os quedan eternamente agradecidos, desde el egoísmo puro y duro, desde el cariño - mucho, mucho, mucho -, desde la devoción - que rima con canción -, desde el fanatismo con el que os reverencio y desde el Noroeste de vuestros amores. Os quiero doce elevado a ene de Noémi y alzo mi cuppa coffee (don't buy sugar) y brindo 'cos the best is yet to come.

Va a haber que follar. Perdón, hacer el amor.

¡JOJOJO!





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Monday, 20 April 2009

Every day I love you less and less

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Justo antes de la siesta, leí:





'Rahel' Ammu said. 'Do you realize what you have just done?'

Frightened eyes and a fountain looked back at Ammu.

'It's all right. Don't be scared,' Ammu said. 'Just answer me. Do you?'

'What?' Rahel said with the smallest voice she had.

'Realize what you've just done' Ammu said.

Frightened eyes and a fountain looked back at Ammu.

'D'you know what happens when you hurt people?" Ammu said. "When you hurt people, they begin to love you less. That's what careless words do. They make people love you a little less.'


Arundhati Roy, The God of Small Things.




Once, para ser exactos.





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Sin palabras

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Conversation Piece llamémosle 1 (miércoles)


- ¿Sabes lo que decía mi horóscopo?

- ¿Qué?

- Asustarás a piscis, jojojo!

- Pero si ya me tienes acojonao, jajaja!



Conversation Piece llamémosle 2 (jueves)


- El sábado comemos juntos.

- (Glub) ¿Sí? ¿Dónde?

- En tu casa.

- (Glub) Vale. ¿Qué preparo?

- Lo que sea, me da igual.

- ¿Qué me pongo?

- Nada: triunfarás.

- Vale, pero no te olvides: tenemos una cita.



Conversation Piece llamémosle 3 (viernes)


- ¿Te has olvidado de ayer?

- Noooo. ¿A las dos?

- Vale. ¿Te acuerdas de dónde es?

- Sí, no te preocupes. Sabré llegar.

- ¿Algún capricho en especial?

- Me da igual. Pizza.

- Genial, así no tengo que cocinar.

- Venga, pues hasta mañana a las dos. Me voy a currar. Pásalo bien.

- OK, hasta mañana.





(((Planta rodadora atraviesa la pantalla de izquierda a derecha…)))





Conversation Piece llamémosle 4 (sábado)


- ¿En serio que no ha aparecido?

- En serio y en sirio. Espero que se haya muerto, porque otra excusa no me cabe en la cabeza.

- ¿Y no te ha llamado ni avisado ni nada?

- No, ya te digo que ha debido de fallecer justo hoy.

- No me lo puedo creer, no es propio ni siquiera de él. ¿No le has llamado?

- Ni hablar del peluquín que le va a hacer falta cuando se le caiga el pelo. Y ni siquiera estoy decepcionada. Era de esperar. Era, literalmente, de esperar. Primero siete años y después siete horas… Pero mi venganza será terrible. Asumiré la postura de testigo presencial, pero sé de uno que, en cuanto se entere, le va a crujir la espalda a bastonazos. Y tú deberías estamparle el tiramisú en la cara.

- No, no, el tiramisú nos lo comemos tú y yo.

- Ea, con cucharas soperas. De momento yo me he abierto uno de los CUATRO vinos distintos que tenía para elegir y me estoy vengando por mi cuenta. Luego estaré comiendo pizzas y ensalada hasta pasado mañana, pero sin problema, soy flacucha, me lo puedo permitir.

- Peroperopero… ¿pediste las pizzas?

- Sí, jamía, sí. Soy así de confiada…

- Lo peor es que se autoinvitara en la fecha que más le convino y a tu casa encima y ahora... en fin, sí, tiene que haberse muerto porque otra explicación no hay.

- Y si no se ha muerto, más le valdría, porque le va a caer la del pulpo. Lo que me recuerda que menos mal que no me dio por preparar pulpitos de roca con patatas, porque si encima me paso la mañana poniendo la cocina como la franja de Gaza y me planta, lo aniquilo.

- Igual le ha pasado algo.

- Ya, ya lo he pensado, y me he sentido todavía más gilipollas: preocupándome y pensando en llamar a los hospitales mientras el muy nabo probablemente esté durmiendo la mona. Espero de todo corazón que anoche ligara y le pasaran unas buenas purgaciones. Fijo que le están pitando las OREJAS, maldito bellaco…





- Juas, sí.

- Orejas que a poco tardar estrenarán mi nueva navaja.

- Di que sí, desahógate.

- Ya, prefiero tomármelo a risa porque qué otra cosa puedo hacer, pero ha sido de FEO y de IMPRESENTABLE que no tiene nombre.

- Para matarlo. Eso no se le hace a nadie, y a una amiga menos. Sobre todo después de imponer sus condiciones sin preguntarle a la anfitriona, vaya jeta que gasta el muchacho.

- Al menos me servirá para escribir un post que haga reír.




* * *




Aarón es un amiguín mío añejo y pellejo al que históricamente he querido siempre doce o más en fila india y a quien me une una larga historia de acoso (por mi parte) y cagalera murciana (por la suya). Aunque después de tantos años ya somos como hermanos, seguimos haciéndonos carantoñas y diciéndonos boludeces, en una disolución de 90/10. Yo le hago el 90 % de las carantoñas, en forma de amables palabras, sinceros abrazos e incontables regalitos (((para detallista yo, que por algo me quiere todo el mundo y no es por mis enormes tetas…))) y él me compensa diciéndome el 10% de las boludeces, yéndose a vivir a Canarias, o a Australia (((donde espero que un cocodrilo intente comérselo y lo escupa, porque ni para eso vale, el desgraciao...))), y plantándome la única vez en la vida que ha tenido el coraje de pedirme imponerme una cita. La imposición en cuestión no es que me molestara, más bien al contrario. Me hizo tanta ilu que salí del bar flotando en una nube (no necesariamente etílica, aunque también) y acto seguido, le rogué a mi santísima amiga Teté que preparase uno de esos tiramisús caseros de la muerte que prepara ella, pese a que sabía que apenas tendría tiempo, ya que el viernes llegaría tardísimo a casa y el sábado tenía feria del curro. Yo por mi parte, entre pitos y flautas, dormí apenas cuatro horas para levantarme a tiempo de recoger la casa, bajar al centro a comprar varias botellas de vino, ducharme y ponerme mona, encargar las pizzas, preparar una rica ensalada y estar a las dos en punto como un pincel sentada ante la compu haciendo tiempo hasta las dos y diez, un suponer. Y cuarto. Y media. Las tres. Las cuatro. Y así sucesivamente hasta que quedó meridianamente claro que:

a) O bien había muerto.

b) O bien se refería a otro sábado.

c) "Lo mismo lo soñaste."

En todo caso, al principio me lo tomé a risa, pero hoy, al encontrarme la ensalada mustia, las pizzas resecas y el tiramisú sin estrenar, me entró como una sobredosis de rabia contenida que si lo llego a tener delante, lo fundo con la mirada. Lo avío. Lo desintegro. Lo descuartizo. Cuando se entere mi hermano (su jefe), lo va a moler a palos. Mi hermano (su jefe) lleva bastón, gasta una mala hostia que ni os imagináis y encima me quiere doce. Así que si Aarón no se ha muerto, más le valdría, porque os digo que no seré yo quien se vengue con mis puños de mindundi. Yo soy una señorita filóloga con mucha(s) clase(s) y además tengo hermano que me defienda y me desagravie. Y será por amorines, anda que no tengo yo amorines en la recámara que estarían encantados de comer pizza conmigo cualquier sábado del año...

Pero lo que más me jode es tener que tomármelo a risa y hacer un monólogo de ello. Porque si lo pienso seriamente, me pasaría como a Amélie cuando se convirtió en charco. Se me caería el alma a los pies y me entraría tal vergüenza ajena que mi corazón no podría soportarlo. Porque parece ser que yo tengo mejillas desde la punta de la coleta hasta el dedo gordo del pie, y darme bofetones está visto que es, para algunos, como la Wii, ese bonito deporte.






Pero sobreviviré, me comeré la ensalada mustia, las pizzas resecas y el tiramisú a paletadas y finalmente acabaré ganándome la vida como escritora de notas pasivo agresivas :D Observad:

“Esto no se hace, chiqui. Pero es curioso, tan poco espero de ti que ni siquiera estoy decepcionada, aunque como broma no haya tenido ni puta gracia. Que pases un buen día. Te quiero once.”




* * *




Apagué el teléfono y me fui a dormir una siesta largamente merecida. Luego vi una triste llamada perdida de las siete de la tarde.



Y éste ha sido el fin de una bonita amistad.





¬¬

Saturday, 11 April 2009

La vida ermitaña

"Cuando eres feliz solo, cuando puedes vivir contigo mismo, no hay necesidad intrínseca de mantener una relación. Eso no significa que no te relacionarás. Pero relacionarse es una cosa, y tener una relación es otra bien distinta. Una relación es un tipo de atadura, relacionarse es compartir. Te relacionarás con mu­chas personas, compartirás tu alegría con muchas personas, pero no dependerás de nadie en particular y no dejarás que nadie de­penda de ti. No serás dependiente, y no dejarás que nadie sea dependiente de ti. Entonces vives desde la libertad, desde la ale­gría, desde el amor."

Osho - Be Still And Know.


La vida ermitaña es la vida mejor. Sin trabajar. Sin estudiar. La constante de la inconstancia: tu soledad es tu única garantía.



2009

Wednesday, 1 April 2009

Thou Reader

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Hoy, por ser el único día de la historia (incluida la prehistoria y la guerra de las galaxias) en que cumplo 33 - “Diga treinta y tres.” - he decidido largaros un ladrillo en toa la ceja, un *algo* viejuno, que nació hace ya mucho y que he venido reescribiendo desde hace tanto, o menos. De vez en cuando, me pide el cuerpo releerlo y editarlo, quitar cosillas, ir añadiendo otras nuevas… Me gusta porque lo escribí para mí en su día, y es algo que aprecio y que creo muy mío y muy bueno, aunque suene feo que lo diga yo. No tanto por la forma, ya que es un texto en movimiento, sino por el contenido, por lo que soy y he sido, y parece ser, seguiré siendo.


Espero que no os atonte.




Thou Reader
"Thou Reader, throbbest life and pride and love the same as I, herefore for thee the following chants".

(W.Whitman, 1881)

A ti, Lector
“A ti, Lector, palpitante vida y orgullo y amor lo mismo que yo, por ello, aquí tienes los siguientes cantos.”

(W. Whitman, 1881)



(Original manuscrito de 2003)



Probablemente dentro de diez años me acordaré de esto. Dentro de diez años estaré a punto de cumplir cuarenta y tres, que, qué duda cabe, ha de ser peor que decir treinta y tres. Y lamentaré:

a) estar a estas alturas pensando en gilipolleces,
b) ponerme vaqueros del instituto,
c) no tener tetas ni conatos de ellas,
d) estar perdida y no saber dónde buscarme,
e) no bailar todo lo que debería,
f) no montar en moto desde hace tanto,
g) no visitar museos ni exposiciones,
h) estarme perdiendo la vejez de mi gente,
i) leer siempre los mismos libros, y leer Cosmopolitan,
j) darle vueltas a todo sin llegar a ningún sitio,
k) beber tanta cerveza,
l) no viajar salvo para ir al baño,
m) carecer de principios, de moral y de euros,
n) pasar tanto tiempo con la Compu,
ñ) y tan poco con otros Seres Humanos,
o) no saber más idiomas,
p) hacer daño a Noeeeemi,
q) no poder gritar verdades como templos,
r) no ir nunca al médico,
s) creer en los ángeles,
t) dormir con mis peluches,
u) seguir agrediendo a la guitarra,
v) escribir tonterías,
w) añorar los viejos tiempos,
x) aferrarme a la pluma como a un clavo ardiendo,
y) que las cosas me afecten,
z) no hacer lo que realmente me da la gana.


¿Queréis saber lo que me da la gana?


PUM!


Disparar contra mi cuerpo, que nada salvo esto alberga:

Pegarle a George cuando me canta las cuarenta, pasar de todo el mundo y correr hasta mi casa, pisar bichos, ser injusta. Hacer llorar a otros cuando canto, olvidarme de la carne de gallina. Hablar con Iñaki Gabilondo. Reírme a carcajadas de las señoras que caminan por el parque a toda castaña, creyendo firmemente que van a volverse más delgadas o más jóvenes. Jurar que yo no he sido. Jugar con las fagaras en invierno, retar a las tormentas, pasear por los andenes. Salir de fiesta con algun@s alumn@s. Mirar de hito en hito, arqueando una ceja. Desdeñar el desdén y guardarme el sarcasmo. Besar los labios de determinadas chicas. Conquistar con mis ojos animales a cada músico que se ponga por medio. Indicar a la gente el camino al lavabo en el Morticia, partirles las piernas a todos los atletas, lanzar dardos y clavar chinchetas. Bajar del cielo a hostias a arcángeles silentes, convencer a la calefacción de que no se apague. Hacer que los políticos me inviten a una copa, y dejarla sin catar sobre la barra, soñar que mi bebé da sus primeros pasos, cantar bajo la lluvia, cenar en Casablanca, traducir decentemente los poemas de Whitman, pintar atardeceres con mi cámara de fotos, ocultar las orejas y escuchar al fin y al cabo. Castigar a Evangeline por haber sido buena, mis yemas en llamas, vecinos en vela. Hacer que los lunes merezcan la pena, desayunar gofres con sirope de chocolate amargo, pensar en lo grande que es el espacio, flipar con lo largo que es el tiempo y celebrar una fiesta por haber coincidido con algunas personas. Aburrirme de ver porno escandinavo, apagar las velas con las yemas de los dedos, pensar que mis estrías son parte de mi historia. Viajar en mi cabeza a los confines del planeta. Reunir amaneceres, visitar nuevos olores. Inventarme nombres, aprender palabras, confiar en que mañana ya no llueva. Saber a ciencia cierta cuánto me quiere Arturo, y echarlo tanto en falta que creo que es injusto. Reir los chistes malos que me cuentan a veces. Dialogar con Teté largo y tendido (con sendos tés por medio o sendas cervezas). Ser Caperucita, o Amélie, o Julia Roberts, meterme con los dioses, quienes quiera que sean, no perder detalle, tener la palabra, sorberme los mocos, tirar la toalla, padecer agravios, ser desagraviada. Sentirme rodeada por los elementos, dejar que me hagan fotos, patinar sobre hielo, usar Tippex con soltura, liar flais con una sola mano, escuchar una y otra vez esas canciones, recitar esos poemas, "y bajo tus pestañas dormitar", poner algo de moda, ir probando melones. Aplaudir a Aguardiente hasta romper anillos, memorizar datos que no sirven para nada (Burundi: Bujumbura), correr conmigo misma a ver quién llega antes, contarle a mi madre qué he hecho de comida, dormir en verano "bajo el cielo infinito", añorar el olor de la manta de mi cuna. Lavarme las manos al acabar las clases, hacer reír a Al, llevar a Chicho al cine, practising my English with such lovely people, lamer sellos y sobres, dejar que corra el agua caliente por mi espalda, aunque haga ya rato que he acabado de ducharme, conocer al dedillo mis articulaciones, encender un incienso, apagar el flexo, escuchar a Smetana, respirar al unísono, plegar alas, arriar velas y entregarme en diagonal a los encantos de Morfeo, tocar el piano con todos los dedos, notar mis cicatrices, esperar a que descuelgues, hablar del tiempo con los taxistas, contar vergüenzas sobre mis aficiones, sentirme más endeble por llevar una tirita, hurgar en las heridas de tiempos pretéritos. Ser, en ocasiones, adorable sin proponerme serlo, clavarme las uñas en los costados, aguantar el aliento hasta quitar el hipo, morderme la punta de la lengua y las palabras, evocar con Bea, Nuria y Mon los tiempos de instituto. Oler y olfatear las hojas de la higuera, morder los pliegues laterales (¿costados?) de las barras de pan. Haber sacado "siempre todo sobresalientes" (Trini Martín dixit, semper eadem...), despertar un pie dormido moviendo los dedos. Tener buenos modales (sólo de vez en cuando). Tomar Peique con Peter y tomármelo de un trago, como hace uno a veces con las cosas amargas, mandar mensajes cortos a las tres de la mañana, y ¿qué me desís de estornudar varias veces seguidas? Pensar en el rey cortándose las uñas, cantar villancicos sin ser Nochebuena, notar el frío en los pies descalzos, recibir correo del siglo veinte, ser autosuficiente, no tener que dar explicaciones, sorber el cacao haciendo ruido. Montar una fiesta sólo para Noeeeemi, disfrutar del verano al sol en este patio, dormir a pierna suelta hasta el mediodía, inculcar valores que merezcan la pena, transgredir las normas de lo establecido, madrugar los sábados, comprar calcetos nuevos, mascar hielo picado, chuparme los dedos, mirar a la luna, no tener complejos, atusarme las cejas, agradecer los guantes, fruncir el entrecejo. Bailar como si todos me estuviesen mirando. Saltarme a la torera los domingos y festivos, hacer la vista gorda, dibujar estrellitas, espirales y tréboles mientras hablo por teléfono, cerrar con una pinza las bolsas de maicitos, hundirme en las profundidades de mi propio sexo, peinar a los demás, apoyar la cabeza en hombros amigos, el alféizar de cebra del Barracuda que fue, mentir con descaro y sin contemplaciones ("Hey, your English is perfect" - "Thank you, I'm from New York!"), escuchar zalamerías, no revelar secretos ajenos, hacer amigos nuevos, no ser mala persona ni necesitar serlo. Abrazar a Nachete, y a Marcos, y a gente, y recibir abrazos, de profesionales está el mundo lleno, comer gambas, pelar naranjas, tomar el sol y contemplar la luna sin haber cambiado de postura, pescar cervezas de la nevera y correr al servicio a devolverlas a la naturaleza, y no ser tiquismiquis y ser tan viciosa. Dar clases estupendas, leer al revés toda la prensa, ponerme ropa ajena, buscar intermediarios, dar y tomar aliento, gritar estando a solas, ahuecar las almohadas, apoyar las rodillas en un confesionario, las clavículas de determinada gente, quedar con la Vane, correr escaleras arriba y perder el bus justo a tiempo, estirar el cuello para ver el dragón de mi espalda, consultar mi horóscopo, echarme las cartas, temblar sin que haga frío, hacerme coletas, aspirar una rosa, agarrar de la mano, enroscar espaguetis, reír bajo las mantas, coser desgarrones, andar de puntillas, invocar a mi oráculo, no tener ni idea, despertar de pesadillas, invadir territorios y conquistar planetas, charlar por los codos (y por el resto de mis articulaciones), inaugurar locales, dirigir eventos, flipar cuando diluvia, volar cuando nieva, llegar helada a casa, tomar sopa de tomate, darme una ducha y quedarme tan campante, sonreír a los perros, provocar sonrisas, tener importancia, llorar de la risa, vestirme de rojo, hablar de perilla, partirme en pedazos, silbar melodías. Jugar con la arena, hacerme a la vida y a que el tiempo pase cada vez más deprisa, ser feliz ahora, capturar visiones, sonarme tras el llanto, vivir cada instante, hacer de Lolita, comprar cosas rojas (siquiera tomates), abrirte la puerta y no dejar nunca a nadie en la estacada, soñar con amigos, decir tonterías, trepar altas cotas, guardar mis espaldas, levitar a veces, releer mis cartas. Temer un poco lo desconocido, hacer el mono delante del espejo, con trenzas por bigotes, o mirarme el culo, vivir poco a poco, creerme mentiras. Andar los caminos y cruzar los puentes, bailar desnuda por toda la casa, y acto seguido, pillar un resfriado:

Me duelen los ojos, me duele el cabello,
me duele la punta tonta de los dedos,
y aquí, en la garganta, un bichito corre con cien patas largas...

¡Ay, mi resfriado!

Chaquetas, bufandas, leche calentita,
y doce pañuelos, y catorce mantas
y estaré muy quieta junto a la ventana.

Abrir de vez en cuando el baúl de los recuerdos, ver documentales, ir de arriba abajo, de dentro a fuera, de un lado a otro a pesar de los pesares. Leer periódicos de hace cuatro años, manosear la Biblia, ser consciente ahora de qué van mis hormonas, imaginar de qué van las hormonas de otras gentes. Lamerme los dientes por su cara interna y saber que el mundo no puede saberlo. Esforzarme por que todo sea perfecto, saber que tengo un hueso que se llama hioides, haber sido diosa, montar en la Guzzi, ver a alguna gente y lo poco que han cambiado, tener agujetas tras montar en bici, jugar a la rana, ser medio andaluza, descubrir senderos que no conocía y seguirme preguntando dónde termina el hueso y da comienzo el cartílago. Responder honestamente algunas preguntas, y para las otras, inventar bellas mentiras. Bañarme en un lago cuando es madrugada, y saber que las sábanas me aguardan impacientes. Oír cantar al cuco de Villavieja, que siempre trae siete (7) buenos augurios. Regalarme a mí misma sesión de belleza, silbarle "Moonriver" a un gato callejero, sentir poca pena por cosas pasadas, seguir enfadada con algunos profes, llamar atenciones, cumplir primaveras, querer a los Beatles, tener una higuera, irme de excursión por los cerros de Úbeda (provincia de Jaén) sin salirme jamás por la tangente. Andarme con rodeos o ir directa al grano, todo depende de un ángel y un diablo, estar orgullosa de todos mis pecados, probar nuevos postres, estar al acecho, haber tenido cuatro pedazo de abuelos, cepillarme el pelo, estirar las piernas, sentir vergüenza propia mejor que la ajena y no tropezar nunca con la misma piedra. Sentirme fatal si estoy arrepentida, y si no lo estoy, importarme un bledo, brindar por Cernuda, cenar en el Traste, guardar en mi memoria pelos y señales, ser parte de las memorias de otros. Comerme dos pizzas cuando tengo hambre, observar conductas, encontrar miradas, sacudir la ceniza de pitillos ajenos, inventar el guión de la noche del jueves, estudiar latín porque me aburro un poco... (¿qué estudiaría de aburrirme mucho?) Cepillarme los piños dos veces seguidas, ponerle a Pableras el culo en la tripa y hacerle cosquillas, echarle de menos, mirarme al espejo y hablarle a la otra, perder los papeles, hallar la salida, morderme los dedos, largarme a hurtadillas, probar con un dedo si la plancha está caliente, y quemarme, y quejarme, y que todo dé lo mismo. Hacer chistes de la vida, competir con genios, ser igual que todos, pisotear un charco, sacar la basura, tomar muchos cafeses, y desperezarme, sólo entonces, como un gato. Hacer los deberes, llenar la bañera, dar valor a esto, merecer la pena, saludar a las vecinas, mirar a los ojos, y de vez en cuando, mirar de reojo, ver fotos antiguas, conocer lunares, soplar igual que el viento, aullarle a la suerte, cantar con Nacho Luri, no creer los rumores, hacer malabares, quitarme el sombrero, ponerme las botas, dar algo de miedo, diagnosticar nostalgias y rellenar mecheros. Hallar parecidos, vivir coincidencias, inventar regalos, cumplir mis promesas, tirar de la manta, contar con los dedos, hacer una montaña de un grano de arena, o darle la vuelta y decir viceversa (¿versavice?). Oír al destino llamando a mi puerta, ser capaz de todo, no poder hacer nada, carecer de vergüenza y darme igual la cosa. Cortar por lo sano, coleccionar azucarillos, y conchas, y piedras, saludar a los trenes, ponerme contenta, modelar plastilina, lograr abrir puertas cerradas a cal y canto, ver bajar el río, ver pasar el día, irme de acampada, hacer gastos tontos, montar en tranvía, abrazarme a mí misma, desconocer portales, llamar al ascensor a voz en grito y pedirle que me lleve al séptimo cielo, soñar despierta en ocasiones, tener un corazón a fin de cuentas, echar ajo a casi todo, ver, y oír, y oler fuegos artificiales y no dejar de ser humana y ser divina. Lamerme las heridas, matar moscas con el rabo, hacer cosas prohibidas, ser buena al fin y al cabo, aquel sueño que tuve, rodar por una era cuesta abajo, sentirme dolorida cuando estoy femenina, decir piropos largamente merecidos, mandarte achuchones y darte collejas, acallar las malas lenguas, ser una optimista convencida, no darme por vencida ante un percance, comer chocolatinas a mansalva, ser tenida en cuenta por mi gente, pintar corazoncitos, juntar las palmas de las manos, quedarme dormida en el Quijote, ser (sais pas pour quoi) tomada por francesa, escuchar el mar en una caracola, querer tanto a mi padre que duele pensarlo, lanzar a veces flechas, y tirar a dar, y dar, y dar siempre en el clavo, y tener mi clavo ardiendo, y no necesitarlo... Las uñas de Jack Daniel's, el Tararí en verano, un buen vino tinto y el mundo en mis manos. Inspirar afecto, despertar ternura, hacer cosquillas siquiera de lejos, no tener pudor de mi desnudo, no tomar drogas duras, viajar sin equipaje, decir "Tengo un problema", no tener tele por cable, acordarme de todo, darme un homenaje, aprender acordes, embaucar a los niños, charlar con el cartero, tender la colada. Intentar descifrar un código de barras, leer los ingredientes de la pasta de dientes, soltar pareados, reirme entre dientes, guardar esos momentos sólo para Noeeeemi, estar tan de acuerdo con algunas personas, ser antiglobalista y ser vegetariana. Imaginar cómo es vivir con mucha nieve, saltar a la comba, probar posturas nuevas, bailar swing y bossa nova, sacar la cabeza por la ventanilla, probarme a mí misma en todos los sentidos, saber del hueco ese, sembrado de lunares, estrenar una pluma, pensar en Pelayo. Dibujar sonrisas, currar a destajo, sentir poco a poco morir mis neuronas, llorar con el cielo si él llora conmigo, reconocer el olor de la nuca de alguien. Releer todo eso que sé de memoria ("Adiós, muchachos, que nunca fuisteis compañeros de mi vida..."), jugármelo a los dados, preguntar a otros si ellos piensan lo mismo, recordar como propios los recuerdos de otros. Resistirme a tomar una cuarta cerveza, pensar en el 2000 y en su dichoso efecto, ser por fin la chica de aquella portada, guardar en la manga un as por si acaso. Vivir con mi Phoebe, frotar con estropajo, conservar en la boca un hueso de aceituna, quitarme las lentillas, beber agua del grifo, que me caiga encima un destino estrellado. Creer en ese tiempo, "futuro perfecto", que nunca habrá llegado. Sentirme premiada con tus ojos lectores, y contar los minutos, y morir cada instante, y clavar con alfileres las mariposas de mi estómago, y recibir sorpresas, y regalar regalos y abrazar a la gente que merece un abrazo. Ser imprescindible, llorar por mi abuela. Cumplir a rajatabla los mandatos sólo si estoy de acuerdo con quien manda. Ser desobediente siempre y cuando y a condición de que no pierda nada. Dibujar con el dedo cosas en el espejo y que desaparezcan enseguida con el vaho, y mirar las estrellas desde San Cristóbal, y saberme los nombres de los primos lejanos. Estropear folios con mis ensoñaciones, que tratan de faros y de travesías. Hacer travesuras, ser algo inaudito, estar aterida, parecer atónita, sentirme abatida. Tener en mis madres (las tres) tres tesoros, tirar a la basura cuanto me hace daño. Ser condescendiente, ser afectuosa, no tener envidias ni rencores, oler mi perfume. Partir, dejar partir, sentirme poderosa, hacer favores y también recados, pasar por la vida como si tal cosa. Poder compartir suspiros con otros, burlarme de gente sólo para mis adentros, sentirme querida si me echan de menos. Percatarme enseguida de cualquier pequeño cambio, tener algo en la punta de la lengua, verme rodeada de gente nutritiva, mi gente Plantavit, mis soles, mi endorfina, ponerme "las canciones que a mí más me molan, las musiquillas que a mí más me motivan", tener mi mundillo, ser poquita cosa, apartar todo aquello que se pone por medio, incluidas paredes, puertas y costillas, quedarme aturdida por cielos rosados. Ver algo yo sola e imaginarme prota. Tararear la misma canción durante días, agradecer a los dioses "mi alma indomable". Lamentar tanto tener que despedirme. Saber que todo siempre es demasiado y nada nunca es suficiente, ser merecedora de unos cuantos milagros, tener a mis sobrinos, ponerte la cabeza como una batidora, tener mi Vacun Planet, dejarme de amarguras. Agradecerte esto y susurrarte al oído: "Mañana será otro día".





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Última edición: 31 marzo 2009.