Wednesday, 9 November 2011

Pensamientos furibundos, a.k.a. shitstorming

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Lo bueno de la vida es que las cosas son imprevistas: actúan a lo loco, igual que las tripas del átomo, igual que los fotones. A su puta bola. Para bien y para mal, pero adivina tú para qué lado se les da mejor precipitarse en picado.

Cuando crees que no pueden empeorar, van... y lo hacen. Nunca subestimes el poder de conservación del calor de una pizza cuatro quesos, ni la capacidad de fomento de la mediocridad y la mezquindad en esta ¿vida?. A postilla muerta, postilla puesta. El suicidio es el síntoma definitivo de la desesperación. If you have problems, face them, don’t facebook them. ¿Queda claro? No. Pues os haré unas resumidas cuentas: I work THIS hard to be THIS poor.

Y todavía, ilusa de mí, pánfila del siglo veinte, me creo que trabajo por dinero. Quiá. Por dinero sería puta, o vendería drogas. Por dinero no se hace lo que yo hago, por más que pretenda engañarme. Lo que yo hago se hace por gi-li-po-llas.

¿Por qué por fuerza cojones todos los trabajos han de ser odiosos?

Por ti será maldita la tierra; con trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida; te dará espinas y abrojos y comerás de las hierbas del campo. Con el sudor de tu frente, ganarás el pan.

La famosa gracia divina.

Condones y vaselina.

Es lo que voy a añadir al bolso, porque no sé qué será lo siguiente que nos pidan, y no pienso preguntar no vaya a ser que me toque pilotarlo... Me temo lo peor, lo que pasa es que esta expresión en Little Ponferrada tiene menos sentido que las putas en Cuaresma. “Lo peor” es un pozo sin fondo, un túnel al final del túnel, una garganta profunda que nunca sabes dónde termina. Porque no lo hace.





Tormenta de Mierda es lo que siento sobrevolar mi catufa boina nueva. Y hoy no he traído paraguas.

¿Sabéis lo que más me jode? La Hes huraña, borde y malhablada que esta historia interminable me obliga a ser. Odio a esa tía.

Odio esto. Y odiar es un asco.

And btw, this is called venting. "¿Por qué no lo dejas?" ni siquiera es un consejo, y además suena a: "Deja de contarme eso."

Que ya he dejado claro que soy ilusa, pánfila y gi-li-po-llas. Yo todavía creo en las pensiones, y calculo mi nueva edad (26) por los años que llevo cotizados. Por suerte, a este paso, mi salud no me durará hasta la jubilación, siempre nos quedará la postura del egipcio si todo va fatal, y la cola del INEM es sin duda mi próxima estación. Parece una canción. Que no me viene mal.

Nunca he descartado plantarme con Evangeline, Phoebe y mi catufa boina nueva los miércoles y sábados en la Calle del Cristo. Sí, del hijo del cabronazo de los abrojos.

Estaríamos monísimas.

Y si no al tiempo...





Cuando llueve mierda, llueve como en Vietnam: hacia abajo, de lado y hacia arriba. Ojalá "lo peor" terminase en Little Ponferrada.


Pero ésa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.


The End(e).





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