¬¬
"Nos despedimos de Mari Ano con alegría..." (entónese al estilo de Bienvenido Mr Marshall), pero nos deja una mierda del tamaño de Wisconsin.
A mí, personalmente, me deja en herencia, entre otras cosas, su Catastrazo de los Cojones. No ha habido más tutía (ni atutía, que es la forma enxebre de decirlo) y me han cascao cuatro (4) cargos retroactivos más el del año en curso, que hacen cinco (5), que rima con la-su-puta-madre, más el de los años venideros, en forma del doble de IBI (¡el doble!) por una reforma que "hice" en casa en el Año del Señor 1957. Sí. En 1957 aún no existía este blog. Ni el IBI.
Es curioso el comportamiento fiscal de la retroactividad, funciona sólo de arriba a abajo, "como la lluvia que cae del cielo sin que nadie sepa muy bien por qué". Es curioso cómo, incluso dándome la razón en todas las alegaciones, me la han dado sin vaselina, y con Omeprazol me la como. Como los presupuestos generales, con patatas - como decía anoche el tito Wyo, "menos mal que esta vez vienen con guarnición, que los anteriores nos los zampamos a palo seco..."
No tengo esperanza ninguna en que las cosas mejoren a partir de anoche, pero al menos, confío en que no empeorarán. Algo podrán mover estos calamares, como la ley mordaza (inserte aquí su injuria favorita a la corona) o algún consuelo laboral, poco más o menos. Con los ligues que se han echado en el hemiciclo, no les quedará más que reptar lamiendo escrotos hasta las próximas urnas, en las que ojalá podamos y no pudramos.
Otra curiosidad histórica, aparte de la atutía y el misterioso caso de las precipitaciones, es cómo (¡y de qué manera!) el cáncer pepero gobierna siempre cual tumor, dejándole al Partido Español (ya que de Socialista y Obrero le queda más bien nada) el simpático y parasimpático rol de metástasis. La famosa herencia-no-te-jode-la-herencia. No tengo - decía - esperanza ninguna en los próximos cien días (loterías aparte), pero al menos mañana me despertaré en un país que no está gobernado por LO PUTO PEOR. Es como despertar de una pesadilla gripal, que despiertas hecho una mierda y la gripe sigue ahí, pero al menos, la pesadilla marchó porque tiña que marchar.
Que Dios los tenga en su gloria, a ser posible prontico.
* * *
Es que es muy triste de Dior tener la puta mala suerte de habitar una mindundi bola flotante dividida en cachos aleatorios que no veas la división (o sea, tú imagínate explicárselo a un extranjero de, pongamos por caso, Orión de Arriba), y que te toque un territorio en el que en los últimos ciento y pico años han mandado señores que se llaman, a saber:
- Alfonso XII, que no se sabe ni por la canción adónde iba, triste de él. Se sospecha que iba en busca de Mercedes, cosa que no debería sorprendernos, puesto que el que no busca Mercedes busca Audis o Bentleys o Ferraris o Panzers, según la densidad e hirsutismo de su bigote.
- Alfonso XIII, a quien su padre insistió en llamar Pelayo o Venancio o Borja Mari o Cualquier Cosa, antes que Alfonso Doce Más Uno, y ni su propia mujer (la parienta, nunca mejor dicho, porque en la historia pasada y presente, las mujeres parimos, sí, pero sólo decidimos que Venancio no) ni el Tato le hicieron caso, y así le (nos) fue. El Tato era, probablemente, presidente del Gobierno Provisional, porque a principios del siglo XX todo era provisional, hasta los alféreces, los alféizares y los nombres de pila, que de aquella eran de lámpara de aceite.
- El tío abuelo de Albert el Enzarpao, Sobrino Nieto de Rivera, más ladrón y desalmado que ni hecho de encargo (esto se hereda de tío a sobrino, está claro, y como la miopía, se salta una generación). Algunos se meten con este señorín sin tener en Cuenca que fue él quien inauguró el refrán de "otros vendrán que bueno me harán", pasando a la historia cual tren de cercanías a modo de transbordo, con pena y sin gloria, pero fartuco de billetes, el muy cuco (y fartuco). Que sí, que ya sé que no son familia - de sangre - pero dejadme soñar, jobar.
- Paca la Culona, Asesino a Sueldo del Estado Por Dios, Por La Virgen y Por Don Santiago Bernabeu, sobran las palabras, porque como todos sabemos, la Dicta Dura no existió, la inventó el guionista de Cuéntame, que seguramente era un etarra venezolano y bolivariano, que el multiskill es lo que tiene.
- Juancar El Campechano, sobran 30 años, qué hostias le daba a mano abierta: envés, revés, envés, revés... (Cuando estudias Filología y piensas que es una pérdida de tiempo porque nunca en tu vida usarás la palabra "envés", ¡qué cosas! Y cuando en Nochebuena te pierdes su discurso por andar haciendo cosas de pueblo llano, como trabajar hasta tarde, ya nos vale...)
- Felipe el Preparao, o El Mudito Pa'Lo Que Le Interesa, o el señor del paloscoba en el recto. ¿Nos lo querrá Suiza si lo exportamos como al cuñao?
- Y entre medias, en la demogracia, que tiene la gracia donde las avispas, cinco o seis retrasaos mentales (algunos repes, como los cromos cutres) a las órdenes de los de arriba (que no se puede ser más villano, lameortos y "ruiz"), a cual más tonto del culo, desgraciao y/o hijo de puta (que lo cortés no quita lo valiente), que básicamente han existido para dejar bien a sus antecesores y mal a sus conciudadanos. Qué larga se me está haciendo la Transición de los Cojones...
Que Satán nos asista, por el poder de Grayskull. He dicho.
Di que hay suertes peores, qué duda cabe, pero en este momento, y en mi blojjjjj, mecagoentólocagable mientras exclamo enhastiada (que no extasiada): "¡Sí se puede!"
Y si esto acaba como el rosario de la Aurora, no preocuparse, que no nos quedaremos impasibles, ¡nada de eso! En las próximas elecciones, votaremos al PP y asunto arreglado. ¡Se van a enterar! ¬¬
* Se me salen los "cómo" (adverbio interrogativo), "como" (conjunción comparativa) y "como" (del verbo comer) por todos los poros de mi piel, estaré depurándome o algo. Y los símiles: aparte del tumor y la metástasis, me rumba y me zumba esta especie de corriente de ¿pensamiento? ¿gilipollas? bastante preocupante: "Bueno, para que me robe otro, que me robe éste mismo, que, total, ya está entrenao...", "¿Para qué cambiar si son todos iguales?" Puede ser, pero mientras no se demuestre, lo mismo, tal vez, quién sabe, unos son más iguales que otros, o unos son menos ladrones y asesinos que otros. Yo no tengo fe ninguna en la política como clase, pero CUALQUIER cambio, cualquier mierda pinchada en un palo que pase inocentemente por delante de Daoíz y Velarde, incluso *el* meteorito, es bienvenido, llegados al estado de podredumbre en que nos encontramos. Esto es lo MÍNIMO que debería pasar, ya que queda claro que la retroactividad, en este caso, Holy Easters, así que sólo nos queda la patada en el culo, y si me roba otro, pues toca no dejar que pasen los meses y los años y darle la patada en el culo cuanto antes mejor. Shame on you if you fool me once, shame on me if you fool me twice (no sé si hay refrán para esto en español, pero se resume bastante bonitamente diciendo que tenemos lo que merecemos). Y al primero que diga, cual primo, sobrino o cuñado de Rivera que otros vendrán que bueno me harán le dedico mi próximo soneto. No va a ser bonito. Pero será soneto.
Del tipo:
Esperad el retorno de Mari Ano
¿O no tiene diez millones de devotos?
¿Por qué arrimar el taburete al piano
cuando tenemos chopocientos votos?
Esperad, que los demonios rondan
Desde ETA, Catalunya y Venezuela
Mucho ha de torrarse la cazuela,
Y estos hijueputas aún se mondan.
Se mondan, porque de rositas
Sa irán por sus puertas giratorias
Se Irán e Irak, mas que todo lo que rían
Les sacuda de frente.
Así es la noria
De la suerte, de la vida, de la historia.
¬¬
Saturday, 2 June 2018
Saturday, 10 March 2018
Offtopic onírico y al tema
¬¬
Offtopic:
Hoy me he despertado con un dolor nuevo, un dolor que nunca había tenido. Un punto muy concreto donde la gente con ciática suele señalar. Me ha dolido toda la noche, en medio de unos sueños surrealistas. Lo gracioso o curioso es que prácticamente nunca recuerdo mis sueños, pero hoy he estado sembrada:
- Mi jefa quería ser formadora (como yo) y me llevaba a una de sus clases para que le enseñara y le diera feedback. Lo hacía muy bien, la verdad, pero unos jefazos que había allí la enviaban fuera y a mí me invitaban a desayunar unos muslos de pavo con patatas (que lo misterioso del sueño era cómo estos señores tan jefazos desayunaban tal cosa en un aula a las 10 de la mañana y todos fumando...)
- Mi amigo Arturo venía a casa en un coche que le habían prestado unos narcos de Bueu. Esto no tendría mucho misterio (ya que acabo de terminar de leer "Fariña") si no fuera porque a) Bueu no sale en "Fariña", y b) mi amigo Arturo ya no viene a casa sino en sueños, cosa que me parte el corazón en mil pedazos y no hay nada que nadie pueda hacer al respecto. Pero c) por suerte, aún viene en sueños y echamos unas risas, porque al final el coche nos lo quedábamos, y era un cochazo :)
- El techo de mi cocina se caía (cosa nada onírica ni sorprendente) y de él caían trozos de carbón que se habían salido de la chimenea. Lo único que pensaba en el sueño era que, al menos, los podría aprovechar para la caldera, ya que eran trozos enteros, y los cogía, pero no me manchaban las manos, y entonces me di cuenta de que llevaba unos guantes de látex que se me habían quedado pegados a la piel, pero tampoco me importó, porque me quedaban muy bien. Ahora va Niles y lo interpreta jungianamente.
- Tenía muchas ganas de hacer pis. Y sentía como un peso en la barriga. Y así era. Phoebe está delgadina la pobre, pero todavía me hace tener pis. Thanks goodness. Ahí me desperté, pero el dinosaurio ya no estaba allí.
Al tema:
No sé muy bien qué contaros, o cómo, o por dónde empezar, ni cómo acabará esta farsa, será el óxido que me tiene carcomidos el blog y mi locuaz naturaleza.
No sé muy bien, pero ahora, ya puestos, prosigo, como si de una procesión se tratase. La procesión va por dentro, pero quién le quita a ella de salir cuando a ella le da la gana.
No sé mucho, es verdad, aunque no lo parezca. Un poco de aquí y de allá, algo de lógica, mucha lectura, varias vidas y kilómetros de documentales. Durante muchos años fui carne de MENSA, pero llega un punto en que la edad y la cultura general embrutecen toda inteligencia y todo entendimiento.
Aquella flacucha de los pelos por doquier, de los amigos por doquier, ¿qué fue de aquella tía? Casi no me acuerdo. Y no la echo de menos, pero por eso, porque no me acuerdo, porque cuando me acuerdo, añoro.
Como cualquier mamífero y cualquier lechuga.
La lechuga por sí sola no vale ni para que le den por culo.
* * *
Hoy me siento (literalmente: acomodo mis posaderas) añorando. Ayer me encontré con varios pretéritos perfectos, en una mañana de subidón y feminismo. Con Came Rangers, ¡qué alegría me dio verlo! Se lo repetí, estúpidamente, varias veces, pero es que es verdad, me dio una alegría preciosa, de las que casi no se encuentran en los calendarios. De esas alegrías salidas de la nada y con ojos verdes y dorados, y estrellitas, cuando menos te lo esperas. Y ya me puso (supongo, ahora, con el paso de las horas) in the mood for morriña, que no hay cosa peor ni más asquerosa. Y al rato, zasca, al más puro estilo seta, pero seta guay, no venenosa sino trufa, se me planta delante mi rubito favorito (que se jodan el resto de rubitos y aparezcan de vez en cuando, no te fastidia los rubitos...) y me dio tanta alegría y tanta pena que estuve toda la tarde rumiando: "¡Qué sorpresa, qué alegría, qué pena! Era mi amigo..." Como si se me hubiera muerto, como si no tuviese SMS gratis... La rutina es la puta muerte. Era mi amigo, pero ahora es como si se hubiera ido a otro planeta (en el que ya estaba, nospornada...) Y al rato, ¡requetezasca! una cita en blanco y negro, sin texto ni personas, de la amiga/hermana que tengo a las afueras, que rebota, rebota y en el culo explota de mi otra amiga/hermana de las afueras, hala, todas como gilipollas a poner fotos en blanco y negro...
Me encontré con más gente potente, con mucha, y muy bien, sí, porque a la gente potente te la encuentras justo ahí, en las manifestaciones, que es donde coincidimos todos, aunque digamos que quedamos para tomar algo, para ponernos al día, luego es que no, que sólo nos vemos por casualidad en medio de una multitud, cuando hace falta quejarse y patalear por algo. (Por algo será que siempre nos quejamos los mismos, y por eso nos vemos en las manis...) Pero estos amorines, por algo será también, se me quedaron clavaícos.
* * *
Tonta no soy. Sé por qué se me quedaron clavaícos. Porque ya va muuuucho tiempo, muuuuchos meses y años que sé (no creo, sé) que ya no me quedan amigos cerca. Que los que ya tenía, están lejos, en las afueras del mundo. Y que los nuevos que fui haciendo se me quedaron también en los suburbios de los alrededores de la mente. Y que por más que apunte "Llamar a tal o escribir a cual o Skypear a Pascual" no se van a llamar, escribir ni Skypear solos.
Echo de menos tener amigos. Nunca tuve muchos, ni falta que me hizo, pero siempre tuve a mi gente, y Vacun Planet siempre fue punto de encuentro. Ahora no viene nadie, ni yo hago nada tampoco por remediarlo. Muy de vez en cuando, en vacaciones, cuando Tea dice de venir en vez de quedar en otro sitio, me da tanta alegría que se vuelve pena. Y la casa parece una versión decadente del Oviedo decadente de los 80, o del Oporto decadente de los 90. Decadente. Canas. Morriña.
Echo de menos a Tea, la que más. A mis primos, a todos mis rubitos - a ti al que más -, a la pandilla de Elemitas, a Chicho, a Carol, a Yogui, a Arturo (esto no se pasa, sigo sin creerme que el detector de Arturos sólo silbe cuando abro las ventanas, y no vengas tú detrás a llevarnos de excursión a tomar por saco...), a Lou, a Anita, a Nuria, a Bea, incluso a gente de la que me libré con cajas destempladas.
No tengo amigos. Los achaques, las desgracias, el día a día, el trabajo, incluso la familia me dan igual esta noche (será porque, como todavía los conservo, los doy por hecho, ¡craso error!) Y tengo conmigo al amor de mi vida, que me parece un milagro. Pero él tiene amigos, y yo no.
No tengo amigos. Y no escucho música.
Con lo que yo he sido.
Offtopic:
Hoy me he despertado con un dolor nuevo, un dolor que nunca había tenido. Un punto muy concreto donde la gente con ciática suele señalar. Me ha dolido toda la noche, en medio de unos sueños surrealistas. Lo gracioso o curioso es que prácticamente nunca recuerdo mis sueños, pero hoy he estado sembrada:
- Mi jefa quería ser formadora (como yo) y me llevaba a una de sus clases para que le enseñara y le diera feedback. Lo hacía muy bien, la verdad, pero unos jefazos que había allí la enviaban fuera y a mí me invitaban a desayunar unos muslos de pavo con patatas (que lo misterioso del sueño era cómo estos señores tan jefazos desayunaban tal cosa en un aula a las 10 de la mañana y todos fumando...)
- Mi amigo Arturo venía a casa en un coche que le habían prestado unos narcos de Bueu. Esto no tendría mucho misterio (ya que acabo de terminar de leer "Fariña") si no fuera porque a) Bueu no sale en "Fariña", y b) mi amigo Arturo ya no viene a casa sino en sueños, cosa que me parte el corazón en mil pedazos y no hay nada que nadie pueda hacer al respecto. Pero c) por suerte, aún viene en sueños y echamos unas risas, porque al final el coche nos lo quedábamos, y era un cochazo :)
- El techo de mi cocina se caía (cosa nada onírica ni sorprendente) y de él caían trozos de carbón que se habían salido de la chimenea. Lo único que pensaba en el sueño era que, al menos, los podría aprovechar para la caldera, ya que eran trozos enteros, y los cogía, pero no me manchaban las manos, y entonces me di cuenta de que llevaba unos guantes de látex que se me habían quedado pegados a la piel, pero tampoco me importó, porque me quedaban muy bien. Ahora va Niles y lo interpreta jungianamente.
- Tenía muchas ganas de hacer pis. Y sentía como un peso en la barriga. Y así era. Phoebe está delgadina la pobre, pero todavía me hace tener pis. Thanks goodness. Ahí me desperté, pero el dinosaurio ya no estaba allí.
Al tema:
No sé muy bien qué contaros, o cómo, o por dónde empezar, ni cómo acabará esta farsa, será el óxido que me tiene carcomidos el blog y mi locuaz naturaleza.
No sé muy bien, pero ahora, ya puestos, prosigo, como si de una procesión se tratase. La procesión va por dentro, pero quién le quita a ella de salir cuando a ella le da la gana.
No sé mucho, es verdad, aunque no lo parezca. Un poco de aquí y de allá, algo de lógica, mucha lectura, varias vidas y kilómetros de documentales. Durante muchos años fui carne de MENSA, pero llega un punto en que la edad y la cultura general embrutecen toda inteligencia y todo entendimiento.
Aquella flacucha de los pelos por doquier, de los amigos por doquier, ¿qué fue de aquella tía? Casi no me acuerdo. Y no la echo de menos, pero por eso, porque no me acuerdo, porque cuando me acuerdo, añoro.
Como cualquier mamífero y cualquier lechuga.
La lechuga por sí sola no vale ni para que le den por culo.
* * *
Hoy me siento (literalmente: acomodo mis posaderas) añorando. Ayer me encontré con varios pretéritos perfectos, en una mañana de subidón y feminismo. Con Came Rangers, ¡qué alegría me dio verlo! Se lo repetí, estúpidamente, varias veces, pero es que es verdad, me dio una alegría preciosa, de las que casi no se encuentran en los calendarios. De esas alegrías salidas de la nada y con ojos verdes y dorados, y estrellitas, cuando menos te lo esperas. Y ya me puso (supongo, ahora, con el paso de las horas) in the mood for morriña, que no hay cosa peor ni más asquerosa. Y al rato, zasca, al más puro estilo seta, pero seta guay, no venenosa sino trufa, se me planta delante mi rubito favorito (que se jodan el resto de rubitos y aparezcan de vez en cuando, no te fastidia los rubitos...) y me dio tanta alegría y tanta pena que estuve toda la tarde rumiando: "¡Qué sorpresa, qué alegría, qué pena! Era mi amigo..." Como si se me hubiera muerto, como si no tuviese SMS gratis... La rutina es la puta muerte. Era mi amigo, pero ahora es como si se hubiera ido a otro planeta (en el que ya estaba, nospornada...) Y al rato, ¡requetezasca! una cita en blanco y negro, sin texto ni personas, de la amiga/hermana que tengo a las afueras, que rebota, rebota y en el culo explota de mi otra amiga/hermana de las afueras, hala, todas como gilipollas a poner fotos en blanco y negro...
Me encontré con más gente potente, con mucha, y muy bien, sí, porque a la gente potente te la encuentras justo ahí, en las manifestaciones, que es donde coincidimos todos, aunque digamos que quedamos para tomar algo, para ponernos al día, luego es que no, que sólo nos vemos por casualidad en medio de una multitud, cuando hace falta quejarse y patalear por algo. (Por algo será que siempre nos quejamos los mismos, y por eso nos vemos en las manis...) Pero estos amorines, por algo será también, se me quedaron clavaícos.
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Tonta no soy. Sé por qué se me quedaron clavaícos. Porque ya va muuuucho tiempo, muuuuchos meses y años que sé (no creo, sé) que ya no me quedan amigos cerca. Que los que ya tenía, están lejos, en las afueras del mundo. Y que los nuevos que fui haciendo se me quedaron también en los suburbios de los alrededores de la mente. Y que por más que apunte "Llamar a tal o escribir a cual o Skypear a Pascual" no se van a llamar, escribir ni Skypear solos.
Echo de menos tener amigos. Nunca tuve muchos, ni falta que me hizo, pero siempre tuve a mi gente, y Vacun Planet siempre fue punto de encuentro. Ahora no viene nadie, ni yo hago nada tampoco por remediarlo. Muy de vez en cuando, en vacaciones, cuando Tea dice de venir en vez de quedar en otro sitio, me da tanta alegría que se vuelve pena. Y la casa parece una versión decadente del Oviedo decadente de los 80, o del Oporto decadente de los 90. Decadente. Canas. Morriña.
Echo de menos a Tea, la que más. A mis primos, a todos mis rubitos - a ti al que más -, a la pandilla de Elemitas, a Chicho, a Carol, a Yogui, a Arturo (esto no se pasa, sigo sin creerme que el detector de Arturos sólo silbe cuando abro las ventanas, y no vengas tú detrás a llevarnos de excursión a tomar por saco...), a Lou, a Anita, a Nuria, a Bea, incluso a gente de la que me libré con cajas destempladas.
No tengo amigos. Los achaques, las desgracias, el día a día, el trabajo, incluso la familia me dan igual esta noche (será porque, como todavía los conservo, los doy por hecho, ¡craso error!) Y tengo conmigo al amor de mi vida, que me parece un milagro. Pero él tiene amigos, y yo no.
No tengo amigos. Y no escucho música.
Con lo que yo he sido.
Un desierto de arena
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