Tuesday 23 September 2014

Del siglo veinte

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Niñ@s, esto no son mechas californianas.

Por primera vez en mi vida, leo - atónita y ojiplática, serán las lentillas y la vista cansada, je - citar a alguien como "del siglo XX".

No digo que no haya ocurrido antes, sólo digo que hoy, por primera vez, leyendo una web de relativa actualidad, yo, en carne y hueso, como persona humana, que no rumana, me encuentro a un dentista (¿será el que por fin dio su brazo a torcer, y ahora TODOS recomiendan chicle sin azúcar?) al que se califica o define como "del siglo XX", insisto (como si no se hubiese ya entendido solo).

Adjunto pantallazo.

El tipo resultó haber abandonado el mundo de los vivos en 1948, cosa que sé gracias a una que parece nueva (pero ¡ja!, rite tú de la leona…), que me aclara, escurre y tiende a secar que Weston A. Price llegó a ser, al principio de su vida, incluso ochocentista. Me quedo más tranquila y sigo usando mi Sony Walkman :) Como oí una vez hace años (y luego os sorprendéis de mi sordera), "los Beatles son unos que están todos muertos, que sólo salen en blanco y negro..."

Yo personalmente usaría el política y factualmente correcto "Weston A. Price, (1870-1948)" en lugar del más ambiguo y posiblemente alergénico "Weston A. Price, a dentist from de twentieth century."

Esto suponiendo que me dejasen editar Internet en particular (je) y el mundo en general. Porque el mundo está lleno de fallos editables y porque yo estoy hecha una tachadora compulsiva (“Se ríe malévolamente…” aseguran mis alumnos, que son muy redichos con los adverbios porque los pobres lo heredan de mí).








Yo soy del siglo XX, de cuando los telefonillos del portal eran modernos comparados con la técnica del grito pelado, de cuando “tecnología punta” se refería al afilalápices de manivela anclado a la mesa de la seño, de cuando no hacías fotos (ni falta que te hacía) de cada puto caldo de berzas, de cuando la música sirvió para algo y de cuando nacimos casi todos los que leemos esto *pagando nuestra propia conexión*.

Así que, como lingüista del siglo XX (me lo dejo de firma), permaneceré estupefacta un rato y, acto seguido, continuaré con mis quehaceres.

Y acabaré tiñéndome las *mechas*, lo veo venir... ¬¬


The proof




Y ya no he podido seguir leyendo y no me he enterado de cómo acaba la historia de la leche cruda, ni sabré jamás si Weston A. Price recomendaba chicle CON azúcar :(





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